Las estrellitas futbolísticas son muy dadas a la tristeza y a no sentirse queridos, sobre todo cuando quieren que se les pague más. De natural engreidos, caprichosos, ensimismados, apelan a ese ritual falso para reclamar que se les suba la ficha. Ha pasado con gente como Cruyff, Romario, Bebeto, Ronaldo, Agüero y una larga lista de llorones de pega sabedores de que su estrategia plañidera siempre les daba resultado. Hoy le ha tocado a Cristiano, que ha soltado lo de la tristeza no celebrando sus propios goles y suena a más de lo mismo, a demanda de más guita.
Orfeo Suarez, en el mundo, inicia su columna con "la princesa está triste..." y yo parto de ahí para este sonetillo plañidero:
La princesa está triste,
¿qué tendrá la princesa
que tanta pena expresa?
¡pues pedir más alpiste!
y aunque juega al despiste
la estrella portuguesa
no cabe la sorpresa
y su pena es de chiste
pues tamaña tristeza
es sin pies ni cabeza
y fácil de curar,
que es subirle la ficha
y acaba su desdicha
y su falso llorar.
si cotizara como un español de a pie contaría como la cotización entera de todos los ciudadanos de Daimiel. Ya que para quien no lo sepa,Esta ley, que se aprobó en 2004 durante el Gobierno de José María Aznar, para atraer a empresas, directivos y profesionales cualificados a nuestro país, permite que los futbolistas tributen como no residentes a un tipo fijo del 24% (ahora el 24,75%).
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