¿VASELINA O REGALO ENVENENADO? (Página nº 1094)

Al parecer la idea de la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha es recuperar para el próximo curso el turno de vacaciones escolares de Semana Santa que se utilizaba hace más de una década y que se iniciaba el Jueves Santo y abarcaba la semana siguiente completa. Así es como se ha expuesto en las reuniones llevadas a cargo esta semana por los Secretarios Provinciales, antiguas Delegados, de cada provincia con los directores de los centros educativos.


Tal planteamiento ha sido interpretado por muchos docentes y sindicatos como una contraprestación positiva al conjunto de medidas negativas que se están imponiendo semana sí semana también en la Educación regional, una suerte de dosis de vaselina para conformar el tránsito de otras medidas nada gratas en forma de aumento de ratios, recorte de plantillas, supresiones de aulas, disminución presupuestaria de los centros, pago de libros, recortes salariales, etc... y que viene provocando el malestar generalizado de los docentes.


Esta medida, como la de poder eliminar la apertura de los centros por la tarde para atención a las familias, serían así consideradas medidas lubricantes sabiendo que en ambas cuestiones muchos de los docentes estarían de acuerdo o vendrían demandándolo incluso desde hace tiempo.

Sin embargo esa dádiva también podría considerarse un regalo envenenado ya que a corto y medio plazo se podría volver contra los trabajadores de la enseñanza puesto que contaría con un importante rechazo social en ambos casos y contribuiría a dañar, aún más, la imagen del docente a través de sus condiciones laborales y, en el fondo, terminarían pagando un desgaste por medidas que no han tomado ellos sino los políticos. Y es que, a nivel estratégico, virar la responsabilidad de las decisiones de quienes las toman a quienes las sufren focalizando en estos últimos el resultado de ellas parece, como digo, un regalo emponzoñado, turbio y tramposo. Y ya es bastante el desprestigio entre lo que merecemos y lo que no para tener que asumir las fulleras maniobras políticas que nos coloquen en el disparadero mientras ellos eluden su responsabilidades absolutas en las decisiones y nos cargan el muerto.


Claro que a mí me gusta ese turno de vacaciones porque a nivel operativo es más fácil, barato y cómodo viajar en esas fechas. O también no tener que ir la tarde que ahora voy. Pero no lo quiero a ese precio, no me compensa tener que asumir el coste de una decisión que no me dejan tomar pero que repercutirá sobre todo en mí y mis compañeros para mal. No quiero vaselinas y mucho menos regalos ponzoñosos.


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