domingo, 10 de junio de 2012

PERO ¿QUÉ ESPERAN DEL COLEGIO? (Página nº 1083)





Me sabe mal decirlo pero llega un momento que uno no sabe qué se espera del colegio. Ocurre esto porque, con frecuencia, se oye decir eso de que tal o cual cosa debería darse en los centros educativos, y generalmente se recurre a la frase cuando a quienes corresponde deciden delegar su responsabilidad y adjudicársela a los maestros, como si la enseñanza fuera un cajón de sastre que vale para todo y a quien compete sacarles las castañas del fuego a los verdaderos responsables.


El colegio abarca mucho y no siempre bien, aborda un montón de aspectos que de otro modo nadie sacaría adelante, pero no lo hace de un modo totalmente regulado y sí más bien voluntarista porque los docentes entienden que se necesita hacerlo cuando es necesario suplir la deserción de los verdaderos responsables.


Porque todas esas carencias se advierten de inmediato cuando trabajas con alumnos de corta edad. Son libros abiertos que ponen al descubierto muchas de las situaciones con las que conviven y como su incidencia en su aprendizaje es notoria pues se vuelve necesario actuar. Pero el alcance, no obstante, es limitado por que el colegio no puede sustituir a los padres y sólo puede aspirar a minimizar el impacto negativo de estos, en aquellos casos donde se produce, para relativizar sus consecuencias.


Por supuesto que la mayoría de padres buscan lo mejor, se esfuerzan, educan, pero uno ha vivido muchas experiencias a lo largo de veintiséis años de docencia y conoce  casos de chavales de siete u ocho años que aún duermen con sus madres, niños con marcas de cigarrillos en su piel, críos que no conseguían comer en todo el día o que llevaban semanas sin darse un baño porque su padre tenía carpas en la bañera, y también padres que regalaban consolas a sus hijos expulsados para que no se aburrieran durante la sanción o madres agredidas por sus vástagos y que ya habían renunciado a toda lucha. Y podría contar muchas cosas más, como estas, que he vivido en primera persona u otras que he conocido a través de otros compañeros. Y en cada caso intentas actuar hacia lo correcto aunque casi siempre sientes la impotencia de no poder hacer demasiado porque faltan instrumentos y porque, no nos engañemos, el problema está generalmente en las propias familias de esos alumnos y ahí casi nunca eres bien recibido ni te conceden autoridad.


Es cierto que los colegios deben trabajar hábitos, normas, valores, y que lo hacen, pero fuera de las paredes del centro, en esos ámbitos familiares a los que me refiero, su efecto raramente se consolida y, entonces, el fracaso parece inevitable, porque definitivamente los hábitos, normas y valores allí, si es que los hay, suelen entrar en conflicto con los escolares y el resultado, como se puede imaginar, será bastante decepcionante. Porque la familia es, y debe ser, el mayor activo educacional, en cuanto a esas normas, valores y hábitos, para sus miembros y la escuela el sitio ideal para consolidarlos y favorecer desde ellos su aprendizaje.


Es lastimoso que se nos atribuya esa responsabilidad que es de las familias, por más que sepamos que haya que abordarla en más casos de los que sería deseable.


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3 comentarios:

  1. ¡¡¡¡ sonetillo por favor !!!!

    http://twitpic.com/9v3afg

    (se nota que no has tenido cole porque no has leído el lanza del sábado)

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  2. Sí lo he visto. En esta dirección:

    http://www.lalibretadevangaal.com/2012/06/djokovic-es-dificil-de-deletrear.html

    Pero leí lo de texto falso y quería ver el original. ¿De verdad pone "puto serbio"?

    Ya iré pensando los versillos.

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  3. Sí por supuesto que es verdad, por lo que he leido lo de texto falso es una especie de prueba o algo así que se hace para ver como queda la pagina y por lo que se ve se les olvido corregir.

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