"Lo siento, me equivoqué y no volverá a ocurrir", podría decir remedando a Juan Carlos I, pero la verdad es que no aseguro que no vuelva a ocurrir.
¿Pero qué?
En Enero de este año, concretamente el 11, me atreví a augurar que la solución "a la catalana" sería la que ocurriese en España, tras las elecciones, con un acuerdo final de gobernabilidad PP-Ciudadanos-PSOE con el sacrificio de Rajoy, por un lado, y de Pedro Sánchez, por otro. Era la solución que pedía Europa, que reclamaba a escondidas el empresariado español, que habían expresado políticos como Felipe González y que, en el fondo deseaban muchos de los que querían que todo siguiese más o menos igual con algún retoque no demasiado significativo.
Hasta hace unos días estaba convencido aún de que sería así pero el inmovilismo de Mariano y el miedo a la nada de Sánchez hacían ya inviable cualquier acuerdo. Era sin ellos, no cabía otra, pero las ambiciones personales han arruinado esa opción como antes arruinaron el pacto de fuerzas de izquierdas.
Al final, ya saben, todo aboca a nuevas elecciones que difícilmente cambiara la dinámica, hará que se gaste mucho dinero, todos perderemos menos los partidos que volverán a cobrar recompensa por votos obtenidos y a rezar cuanta plegaria se sepan los creyentes y anhelar cierto sentido común y responsabilidad los menos creyentes para que no transcurran otros seis meses con la casa sin barrer y terceras elecciones en diciembre.
Ahora, eso sí, toca echarse la culpa unos a otros. De hecho ya llevamos semanas así, al estilo de esta viñeta de Ricardo que aparecía hoy en El Mundo.
Pero no, todos, todos, todos, a su manera, tienen la culpa de este desaguisado, de esta burla al ciudadano porque, a fuer de sinceros, no han pensado jamás en la ciudadanía y sí en sus puñeteros ombligos partidistas y personalistas.
Y ahora voten para que nada cambie porque todo vaticina pequeñas variantes respecto al 20 de Diciembre de 2015 y con esos mimbres nadie quiere hacer un cesto responsable.
Pero bueno, me equivoqué y toca reconocerlo.
Enlace a la entrada citada:
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Son todos iguales¡¡ únicamente piensan en intereses personales y, como mucho, en intereses de partido. Donde queda la ciudadanía a la que, según dicen, representan? Ni políticas nuevas ni viejas, más que políticos parecen actores, más pendientes de los medios y de las redes sociales que de intentar llegar acuerdos. Decepcionado es poco, para describir como me siento. Y me temo que no soy el único...
ResponderEliminarNo eres el único, no, creo que lo comparte mucha gente.
EliminarPensar y sostener que "todos son iguales", ¡ahora!, es para tirarse de los pelos.
EliminarQuién piense eso es que:
a) No tiene ni idea de política, ni quiere. (sin entrar a valorarlo)
b) Tiene un produndo déficit en cultura mediática moderna y no entiende que los medios corporativos responden TODOS, en mayor o menor medida, a objetivos económicos que nada tienen que ver con la información de calidad.
Las opciones no son excluyentes, y de hecho suelen ir de la mano.
Cuando hace 5 años los jóvenes (y no tan jóvenes) de todo el país nos levantamos para decir que PP, PSOE, CIU y PNV no nos reprentaban nos llamásteís de todo. De pro-etarras a totalitarios, pasando por perroflautas, guarros o hippies locos.
Nos decíais "montad un partido".
Y ahora que ese partido está a las puertas de gobernar este país, después de que muchos hayáis vuelto a votar a los traidores a la patria que llevan 30 años desangrando este país... ¿¿ahora hay que soportaros el cuento chino de que "todos son iguales"??
Madre mía... si se manipula así hoy en día -con el acceso a la información y la cultura que hay gracias a internet- no quiero ni pensar lo fácil que tuvo que ser engañar a nuestros abuelos con el cuento chino de que venían los rojos a comerse los niños...
Ante alguien que es poseedor de la verdad absoluta, no hay nada que rebatir. Llevas toda la razón, y los defensores de la nueva política, habéis podido comprobar que tenéis mucha intención de negociar, "siempre dispuestos a ceder" y sin "lineas rojas". Sin olvidar que la cultura solo tiene un lado. Te guste o no , tampoco los nuevos nos representan. Y , según tu punto de vista, la cultura y la inteligencia solo puede estar de tu lado. Pues, no lo comparto. No hay nada mas antiguo y trasnochado, que el pensamiento único, que parece que es lo que parece que defiendes: yo pienso así, y lo demás no son inteligentes. Ni izquierdas, ni derechas; sentido común. Nos ira mucho mejor. Y sobre todo, respeto.
EliminarEso es lo que quieren que pienses los medios de comunicación para que siga el bipartidismo, causante de la situación en la que estamos.
ResponderEliminarCuando desde una cuenta oficial de un político (Pedro Sánchez, Mariano Rajoy, Pablo Iglesias, Albert Rivera, Alberto Garzón, etc.,) hacen las afirmaciones que hacen, ¿también es manipulación de los medios de comunicación? No se puede justificar todo con la supuesta manipulación de los medios.
EliminarNi se puede argumentar teniendo como base sentencias difusas.
Eliminar¿Qué afirmación concreta?, ¿de quién, cuando, en qué contexto?.
Si no aportas ni lo mínimo... ¡estás manipulando aun más que los medios!
No necesito manipular, porque no tengo como fin convencer a nadie. Simplemente, he dado mi opinión en base a la situación política actual. Y teniendo en cuenta esa situación global, repito, desde mi punto de vista, todos y cada uno de los dirigentes políticos no han estado a la altura. Sin distinción de siglas ni ideologías. Si no piensas igual, lo respeto. Haz tu lo mismo.
EliminarLos politicos son como nosotros, todos iguales, no nos diferenciamos nada de ellos, lo que ocurre es que es bien facil criticar.
ResponderEliminarMentira. Lo fácil es dejarse llevar por la corriente y conformarse. Criticar bien es MUY difícil, de toda la vida.
EliminarPues es lo que le ocurre al dueño del blog, que se dedica a criticar a diestro y siniestro y luego el no mira lo que hace y si lo hace bien, regular o mal.
ResponderEliminarPero te doy la razón, criticar bien es muy dificil, lo fácil es criticar ya sea cierto, casi cierto o incierto.
Aquí parece que el único que sabe lo que dice y que dice la verdad es quien sabemos, sobra lo demás.