Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
vamos a contar mentiras.
Ya saben, juraron y perjuraron que las ayudas públicas a la banca tendrían que ser devueltas por las entidades beneficiarias, que a los españoles, principales víctimas de la penosa gestión de esas entidades trufadas de cargos políticos y amiguetes varios tomadas por el poder para sus crespusculares apaños, no nos costaría un euro porque solo se trataba de un adelanto para evitar la quiebra del sistema.
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
vamos a contar mentiras.
Nadie, con dos dedos de frente, y conocidos otros precedentes, se creyó aquello porque sospechaba de una nueva mentira que solo trataba de sofocar la indignación popular que primero había visto cómo aquellas entidades que eran las cajas de ahorros habían sido tomadas por el poder político, ignoradas por el Banco de España, que renunció a su obligación de control y regulación desde que, claro, su gestión se ligó a nombramiento político para maniatarlo, y ser pasto de la voracidad política y el desmadre más vergonzoso.
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
vamos a contar mentiras.
Nadie pagará por todo esto entre los responsables directos, como mucho algunos cuya torpeza gestora desemboque en una ineludible condena, si es que llega, como el caso de Rato. Aún menos entre los indirectos, políticos con nombre y apellido que auparon a sus coleguitas a esos puestos cabeceros en las entidades saqueadas. Y todavía menos a los mentirosos, que construyeron con sus embustes la idea de que ni un euro quedaría sin devolver cuando ya sabían perfectamente que no sería así. ¡Qué cojones, si hasta se les premia con mayorías importantes!
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
vamos a contar mentiras.
Los burlados siempre son los mismos, los que se quedarán con cara de gilipollas creyendo que era inevitable perder decenas de miles de millones en ayudas no devueltas y la cara de cabreo de quienes ya sabíamos el desenlace, porque no había que ser muy despierto para verlo venir.
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
vamos a contar mentiras.
Ahora falta la parte final, la privatización de alguna de las entidades salvadas, tipo Bankia, a precio de saldo y a algún nuevo o viejo amiguete que siempre surge para la ocasión. Salvamos la entidad para "regalarla", que es como si después de darte una patada en los cataplines te culparan por haberlos puesto en la trayectoria de la patada.
Ahora que vamos despacio, (bis)
vamos a contar mentiras, tralará, (bis)
vamos a contar mentiras.
Nos mienten con alevosía y descaro porque nunca tiene consecuencias para ellos. Por eso no será la última mentira, solo la enésima. Y encima hay quienes les aplauden.
Tralará.
***
Y el PP junto al PSOE que fue pasivo en este rescate, sacan mayoría de votos en las elecciones. Yo no se qué tipo de prioridades tiene la gente, pero ese dinero es más del recorte en Educación y Sanidad de estos últimos años.
ResponderEliminarHaber que dicen los millones de palmeros que los votan,que seguro que escusas tienen,sino no me explico que los sigan votando,
ResponderEliminar