(Foto publicada en el grupo de facebook "Daimiel en el Recuerdo")
A veces eran más, llovía con cierto empeño y abundancia, y entonces, las pocas zonas inundables del casco urbano de Daimiel se convertían en majestuosos charcos que tardaban en desaparecer.
Yo he conocido algunos de estos episodios justamente en el lugar de la foto, el conocido popularmente como Torillo, que en aquella época tenía cierta vocación de balsa y a la de más de cuatro gotas se inundaba y obligaba a los viandantes a buscar trayectos alternativos porque, por allí, salvo yendo provistos de botas, era complicado pasar. La gente que vivía en "los Hotelitos" lo saben muy bien porque, en esas ocasiones, debían cruzar el parque hacia el Instituto, cruzar la calle Andújar y bajar por Motilla buscando una calle Arenas ya sin agua.
Como digo, aquella era la zona más inundable de Daimiel y para achicar y evacuar el agua más rápidamente tocaba tirar de los "pivas", aquellos motores cuyo taller y venta estaban precisamente allí.
Aún hoy siguen quedando puntos complicados cuando la lluvia es abundante y, sobre todo, si el granizo o la hoja caída, o acaso la falta de limpieza de los rejillos, tapizan la entrada de agua y provocan ese cúmulo de agua. Puntos como la calle Jabonería en la esquina con Sagunto, la calle Dehesa con Motilla y Vergara, la calle Ciudad Real, la Plaza de San Pedro... pero curiosamente ya no es el caso de ese "Torillo" al que hace muchos años que no se ha vuelto a ver como en la foto, cuando el agua convertía esa zona en una gran laguna apenas cayeran más de cuatro gotas.
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