(Foto de Cencerrado, publicada en "Daimiel en el Recuerdo", con la planta de árboles en el Colegio "Infante Don Felipe")
Hubo un tiempo en que plantar árboles en Daimiel era una fiesta. Hay una serie de fotos de Cencerrado, de las que he escogido estas dos, de plantas de árboles en los recintos escolares en los que se hacía partícipes a los colegiales de la época que acogían con entusiasmo a sus nuevos "compañeros" de patio, quizá porque Daimiel no tenía mucha zona arbolada más allá del Parterre, la Plaza, San Pedro, San Isidro, el Parque y el Paseo del Carmen o la salida al cementerio y las calles de los Hotelitos, la calle Ancha o la calle José Antonio, hoy Estación, y entonces se tenía en mayor valor ese acto de dar espacio a nuevos ejemplares.
(Foto de Cencerrado, publicada en "Daimiel en el Recuerdo", con la planta de árboles en el Colegio "San Isidro")
Después, claro, hubo mucho interés en dotar de arbolado la imagen urbana de Daimiel y, salvo algunas excepciones, plantarlos se volvió un acto rutinario, discreto, común y corriente, casi tanto como más tarde talarlos y no sustituirlos. y esa fiesta desapareció reducida a acto administrativo.
Es lo que ocurre con los árboles, a veces viene la fiebre, como en aquella campaña electoral en la que Zapatero y Rajoy prometían, como uno de los puntos importantes, plantar millones de árboles que luego no se sustanciaron en esas cifras sino en otras menores.
O aquellas campañas locales, en las que el PSOE daimieleño se ponía a regalar arbolillos. En el campo tenemos, precisamente, uno de aquellos ejemplares al que mi familia conoce por "el socialista" y que lleva décadas procurando una magnífica sombra.
Sin embargo, en otras ocasiones, parecen molestar tanto que se desata casi una persecución hacia ellos, se talan, se arrancan, incluso se asfaltan o embaldosan los alcorques hueros para no caer en la tentación de plantar arbolillos nuevos allí. Son los vaivenes típicos de los criterios cambiantes o caprichosos que aúpan o hunden las intenciones reforestadoras.
Pero era bonito cuando plantar árboles era una fiesta, cuando alrededor de uno de esos ejemplares se arracimaban chicos y grandes queriendo participar de ese acto generoso y festivo.
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Los árboles se deben plantar en los parques h zonas verdes, así como donde hay aceras con suficiente anchura, pero no así en la calzada ya que obstaculizan tanto el estacionamiento como las maniobras para estacionar.
ResponderEliminarTambién estropean el acerado levantanlo las baldosas y el pavimento a no ser que sean árboles con raíz pivotante.
También estropean las instalaciones soterradas.
Dile a los que han sufrido daños en la calle Dehesa en el acerado, en las instalaciones soterradas o en sus domicilios, preguntarles y te dirán que experiencia tienen con los árboles en el acerado.
Preguntarle a algún vecino de los hoteleros que se le han metido las raíces dentro de sus domicilios.
Después de preguntarles, nos dices.
Hay árboles y árboles. Algunos con raíces más agresivas que otras. Paséate un buen rato a la solanera de las 3 de la tarde por una calle sin sombra y compara con otra donde haya árboles. Pues, entre otras cosas, sirven para eso. También para aparcar los coches a su sombra, eso de que obstaculizan el aparcamiento... más bien se rifan los sitios bajo los árboles. Cada calle sin árboles es triste y una oportunidad perdida. Y cuando se levantan las aceras, se arreglan y ya está. También los vehiculos machacan y hunden las aceras y no por ello se prohíbe su tránsito. Excusas siempre habrá cuando se quiere llegar a alguna conclusión preestablecida.
EliminarPues vete al ayuntamiento y solicitales que te llenen la calle de arboles y delante de tu casa o piso que te pongan tres y asi tienes mas sombra para ti y para el coche.
EliminarDespues cuando las raices o las ramas te invadan tu vivienda me dices como te va y asi tambien podrás disfrutar de mas sombra.
Y cuando te tengan que arreglar las aceras no te quejes de que incomodidad con la obra sino que lo aguantas con paciencia, alegria y satisfacción por la sombra que te han dado.
Cuando te caiga la resina o el purgon, que hay algunos arboles que lo tienen, mas de lo mismo, te dices a ti mismo y a tu familia, ¡que alegría con los arboles y el purgon y la resina que cae encima del coche!
Hay árboles y árboles, igual que hay gentes y gentes. Vete tú a vivir al desierto almeriense, que no tendrías queja.
EliminarExplícanos lo del "purgón". ¿es familiar de la purga? ¿o una lavativa gorda? :D
EliminarQue buena la foto (la de más arriba). No la había visto pero resulta que es mi clase de sexto o séptimo de EGB. Hablamos de 1982-1983. Reconozco a la mayoría de los que ahí están y me acuerdo perfectamente del día. Nostalgia.
ResponderEliminarIsmael Martín