lunes, 20 de junio de 2016

CALLE SIN RECUERDOS, ESPACIOS DE MUCHOS RECUERDOS (Página nº 3703)

Colgaba esta foto en "Me GuStA...DAIMIEL" Encarni Rodríguez acompañada del siguiente texto:
 
"Calle sin recuerdos por que hasta hace unos años ni existia. Tuvieron que tirar una casa para hacerla. No por no tener recuerdos es una calle que tiene mucho movimiento en su paso al centro de salud"
 
 
Después añadía en un comentario:
 
"Todo tiene su parte de recuerdos.aunque se transforme en lo que vemos"
 
Pues bien, me ha parecido muy sugerente la primera frase de Encarni, la de esas calles nuevas que comienzan a labrar su propia historia, que carecen casi de recuerdos. Pero también justa la segunda, porque en esos viales nuevos se encierra el recuerdo de los espacios que ocuparon antes las viviendas o terrenos que exisitieron allí.
 
Y no hubiera comentado la foto en una entrada si no fuera porque la casa hundida para hacer esta calle fue la primera casa de mis suegros cuando se casaron y el lugar primero donde tuvieron la tienda de comestibles hasta que compraron, poco a poco, partes de casas en la esquina de enfrente para el nuevo establecimiento y vivienda de su extensa prole.
 
A mi suegro, Crisanto, le escuché contar muchas cosas de aquella primera casa familiar, también de la tienda que regentaron allí y cuya propiedad mantuvieron bastantes años después. Se trataba de una casa de vecinos, tan típica entonces, con espacios comunes para la convivencia, y que luego, de otro modo, sustituyeron los bloques de pisos. Y recuerdo cómo, al describirla, reparaba en los detalles, tan valiosos en su discurso, como si de alguna manera me invitara a entrar en ellos para sentir aquella vivienda que yo ya solo conocí como casa del pasado.
 
Es verdad, ahora es una calle nueva que finaliza en un cruce algo confuso pero que lleva a un Centro de Especialidades tan necesario. Y ves que ya nada queda allí salvo la memoria de los que vivieron aquella casa o el recuerdo heredado de quienes supieron contarnos el valor de su existencia, y eso difícilmente sobrevivirá a nuevas generaciones que, eso sí, entenderán mejor los recuerdos del nuevo espacio abierto para mejorar la vida de la ciudad.
 
Las ciudades se van transformando y debe ser así, pero eso obliga a pérdidas. Ya no existen las casas de mis dos abuelas, convertidas en bloques de viviendas. Tampoco perviven mis dos primeras escuelas, Motilla y Piña. Y sin embargo podría describirlas con todo detalle porque marcaron parte de mi vida y forman ese legado emocional al que uno se aferra para no perderlo del todo. Y con ellas las personas que vivían allí o estudiaban junto a mí, gentes que en algún o muchos momentos de mi vida tuvieron bastante importancia.
 
Es verdad que buena parte del casco urbano es nuevo, ganado a terrenos de cultivo en el pasado, pero todos guardan sus pequeñas historias del pasado y todas albergarán sus propios recuerdos en el futuro.

***

2 comentarios:

  1. Preguntas:
    ¿Quién controla en este pueblo la velocidad de coches y motos?
    En algunas calles, Madara, Nueva, Avenida de los Deportistas... cualquier peatón se la juega.
    ¿Para cuándo se va a abordar la limpieza de los "hierbajos" de las calles de Daimiel, se van a pintar los pasos de peatones o se van a parchear los caminos? Algunos son impracticables: Manzanares, Punto Limpio, Máquina...
    ¿Pa

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  2. ¡¡¡¡¡¡Que recuerdos me vienen a la memoria de esa calle!!!!

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