Se ha comentado mucho la invitación, y el rechazo posterior a tal invitación, al portavoz de Podemos en el Senado para asistir a un partido en el palco del Bernabeu. Y se ha comentado mucho, supongo, porque tal invitación y rechazo se ha dado a conocer a través de las redes sociales y, como siempre, esto ha servido para que unos presuman de principios y otros les acusen de notoriedad.
A mí, la verdad, esa batalla eterna me la refanfinfla, pero me pregunto qué interés puede tener el Real Madrid en llenar cada día de partido su palco con políticos, jueces, empresarios y toda persona relevante mientras decenas de miles de personas han de pagar su abono o su entrada, El Real Madrid o cualquier club que haga lo mismo habitualmente, y que conste que esto de la cortesía me parece un argumento desechable desde el primer segundo.
Vivimos en un país en el que se cobra en especia sin el menor reparo, en el que se aceptan los obsequiosos regalos de alguien sin que, aparentemente, exista motivo para recibirlo, en el que somos propensos a naturalizar este tipo de dádivas ignorando los motivos por los que podemos ser objeto de esa atención.
Ya saben, los palcos son elitistas, clasistas, cada pase tienen nombre y apellidos perfectamente estudiados, y a estas alturas no huele a gesto inocente sino a atención interesada. Y ante eso hasta se agradece que alguien doga que no, que prefiere ir pagando lo suyo, que igual que jamás se invitará allí a alguien irrelevante uno prefiere compartir la irrelevancia del anónimo, del hombre de la calle y renunciar a este mamoneo interesado.
Lo de publicitarlo ya no sé si tampoco es inocente, pues parece mucho más un acto de proselitismo político, pero plantarse y decir que no le vuelvan a mandar una de esas cartitas de invitación me parece genial y más cuando alejado del fútbol aquello se convierte en un acto social restringido que pagan los que no tienen acceso, los socios del club, para que la directiva convierta en un "club de campo" ese espacio privilegiado en un lugar de sus propios intereses personales.
No aprenderemos nunca. Se les hace el culo gaseosa por estar allí, por sentirse parte de esa élite, pero raramente son invitados por sí mismos sino por el lugar preponderante que ocupan, y solo por eso y por dignidad muchos más debieran declinar el regalito. (¡Ay, perdón, que estoy hablando de dignidad a estas alturas!, ¡pero que ignorante o qué ingenuo llego a ser algunas veces!)
Enlace:
***
Nos parecerá o no ética la invitación al palco, pero es una entidad privada y supongo que podrá invitar a quien estime conveniente y estos aceptarla o rechazarla, pero cuando se invita a alguien normalmente de hace con un fin y precisamente no es para beneficiar a alguien ajeno a la entidad que invita, sino para beneficio propio.
ResponderEliminarPero si se acepta hay interés tu si se rechaza se es coherente.
Ahora bien, los colectivos que se citan, políticos, jueces, empresarios y personas relevantes, no sólo han de parecer personas
se me ha cortado esta mañana y sigo
ResponderEliminarestas colectivos que se han citado, no solo han de parecer personas correctas, impolutas, y honradas, sino también parecerlos.
las prisas no son buenas
ResponderEliminarqueria decir serlos ademas de parecerlos
Sin embargo esto no lo han publicitado.
ResponderEliminarLos de Podemos empiezan a ser "casta" como los demás políticos.
Vergüenza ajena me dan.
PD: No es lo mismo predicar, que dar trigo.
http://vozpopuli.com/actualidad/75621-unos-40-diputados-de-podemos-desoyen-a-iglesias-y-aceptan-la-tarjeta-de-3-000-anual-para-taxi