domingo, 28 de febrero de 2016

LA PIEL (Página nº 3507)

Mi piel es el mapa de mis cicatrices. Para quien como yo sabe descifrarlo cada marca, señal, bregadura, tiene una historia, corresponde a un momento de mi vida, inmortaliza una situación querida o no a la que puedo poner fecha y nombre. Hay heridas, cortes de cristal, señales de vacunas, golpes que se han negado a desaparecer y han tomado la piel para dejar constancia de que sucedieron. Algunas llevan conmigo casi toda la vida, otras son algo más recientes, otras me esperan en cualquier instante. 

A veces las miro, las recorro para entender mejor como he vivido, que cosas también me han pasado. Y no siento ni dolor ni arrepentimiento ni desdicha, solo las siento mías, entroncadas en mi trayectoria vital sin haber sido nunca deseadas ni voluntarias sino fruto del azar o la torpeza.

Porque eso es algo que también tengo claro, no quiero ninguna marca buscada, no deseo interferir en ese mapa de la piel incorporando tatuajes o pearcings, no quiero para mi epidermis nada que la vida no me dé sin buscarlo, no quiero reescribir ese mapa vital, no quiero perforar nada de forma pueril o gratuita, no quiero verter tintas ni colocar aditamentos, no quiero que la estética pueda herirla.

Mi piel es el mapa único de mi trayectoria. En ella está casi todo, aunque solo algunas cosas dejaron su huella física indeleble. Pero está llena de mucho más, de besos, caricias, búsquedas, encuentros, que apenas alguien más que yo conoce con detalle. Y que guardan su silencio en ese otro mapa secreto que también de vez en vez rememoro.



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1 comentario:

  1. Hola te voy a lanzar una pregunta si hacemos caso a la ley de memoria histórica en Daimiel se debería quitar la torre con el signo falangista que hay en los pozos y cambiar el nombre a la calle Martires ¿Tú que opinas de todo esto?

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