Recuerdo que los primeros años de democracia los mítines que cada partido ofrecía en la localidad eran los actos centrales de las campañas políticas. Pese a los cansinos espacios gratuitos en la televisión pública, en los que asomaban decenas de partidos, la verdadera forma de llegar a la gente era la celebración de esos mítines que trataban de atraer a una generación poco habituada a la pluralidad, todavía inquieta y temerosa, pero que sin embargo podía acercarse a varios de ellos, incluso de posiciones ideológicas distintas, para escuchar qué querían ofrecer desde el nuevo sistema democrático.
En esa quincena de campaña se sucedían numerosos mítines, las calles de llenaban de vehículos con una megafonía que atronaba los oídos al publicitar cada nuevo acto público, su ubicación y horario. Ondeaban banderas y los pasquines llenaban cualquier espacio disponible. El carácter proselitista quedaba bien patente porque había, en aquellos momentos, una importante apuesta movilizadora para dar un cambio al país y cualquier duda podría ser aprovechada por quienes jamás quisieron que pudiera cambiar algo mínimamente.
Mi primer mitin fue en el Cinema Daimiel, el Cinillo, convocado por el PSP, aquel partido que lideraba Tierno Galván y que tenía a José Bono como referencia en nuestra región. La sala estaba abarrotada de gente que llegaba allí por propia voluntad, curiosos algunos, comprometidos otros, sabedores muchos de lo que la joven democracia se estaba jugando.
Sin embargo en esta campaña los mítines en Daimiel apenas han existido, alguno programado para cierre de campaña y, eso sí, actos minoritarios con similar carácter pero con mínima trascendencia. Ahora las redes sociales han terminado por suplantar esa actividad proselitista y los mensajes se mueven a ritmo de youtube, facebook o twitter, comida rápida ideológica, bocaditos de imagen simplificando el mensaje. Los mítines ni tan siquiera concitan la curiosidad, a ellos solo van los propios, los ya convencidos, los incondicionales que ya no escuchan, solo jalean. Unos cuantos carteles, algunas banderolas y los coches con megafonía ya apenas circulan porque el pescado está vendido de antemano. ya no se ofrecen ideas, solo se ofrecen promesas como cebo para captar a algún despistado.
**+
La política en Daimiel se desinfla..... Cuando toman el relevo los jóvenes?
ResponderEliminarNo creo que el relevo sea una cuestion de edad, sino de capacidad.
EliminarProbablemente, tengan más opciones, cuando den el paso al frente y se presenten, no cree usted?
ResponderEliminarDespués de la conversación de Rajoy con Merkel.¡ A tierra, que vienen los rojos!
ResponderEliminarPues por lo que veo, aunque sean capaces no dan el paso al frente....si no van ni en las listas para unas elecciones de un pueblo....venga jóvenes!!
ResponderEliminar