viernes, 20 de noviembre de 2015

UNA ESTUPIDEZ ES UNA ESTUPIDEZ AUNQUE LO DIGA EL SECRETARIO GENERAL DE LA CONFEDERACIÓN EPISCOPAL (Página nº 3349)




Es una estupidez poner al mismo nivel el laicismo que el fundamentalismo pero el secretario general de la Confederación Episcopal española no ha tenido rubor en equiparar ambas cosas diciendo, ni más ni menos, que laicismo y fundamentalismo son los dos grandes peligros para la paz mundial.

Si el fundamentalismo lo justifica diciendo que es una exacerbación del sentido religioso que incluso trata de imponerlos por la fuerza a los demás guiados por intereses humanos que llevan a la violencia, y no tengo por qué poner en duda que eso sea así, esperaba que al poner el laicismo como el otro gran mal para la paz mundial le dotaría de perversas intenciones de semejante gravedad. Pero no, resulta que nos dice que "uno de los dos grandes peligros para la paz está en el laicismo" porque "el laicismo quiere excluir el hecho religioso de la vida social y pública como si no existiera y reducirlo al ámbito de lo privado.  " ¡Qué gravedad!¡Y qué mentira!, porque todavía desconozco que los movimientos laicistas pretendan eliminar la religión de la vida social y a todo lo más que llegan es a que sí sea excluida del ámbito público administrativo, un concepto quizá muy viciado en nuestro país porque durante décadas campó a sus anchas. Y además parece otorgar a dicho laicismo una carencia de valores como si solo las religiones pudieran transmitirlos e ignorando que la consideración de laicismo lo único que persigue es la independencia del hombre, de la sociedad y del Estado de toda influencia religiosa y por tanto persigue la libertad de conciencia, sometida a la ley, entendiendo que frente a la religión cada persona es libre de asumir la que quiera pero solo compromete a quienes creen, igual que quienes no creen en ninguna religión optan por algo que solo les compromete a ellos, y eso nos lleva, por lógica, al ámbito personal y privado. Pero eso no significa que no existan las religiones, que no tengan espacio, pero exclusivamente para quienes lo elijan.

Puede que el laicismo represente un peligro para la posición de dominio de la Iglesia Católica en nuestro país, aunque reconozcan que hay más proselitismo desde la Iglesia Católica que desde los movimientos laicistas españoles a los que ni sabríamos poner nombres, pero no representa, ni de lejos, peligro para la paz mundial ni puede ser igualada, como pretende, con un fundamentalismo perfectamente condenable desde el sentido común.

Lo dicho, José María Gil Tamayo, secretario general de la Confederación Episcopal ha soltado una estupidez, ¡eso es así!


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5 comentarios:

  1. Quitas procesiones, ceremonias y romerías y queda mucho mas laicismo. La Iglesia reniega de esa parte jolgoriosa y casi profana (la BBC) pero se agarra a ella para mantener a la gente porque si no se les desmonta la historia. La gente, me parece a mi, que va para laicista

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  2. El mérito es innegable. Dos milenios después mantienen la patraña con unos cuantos cambios para asear. Esto sí es un milagro

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  3. Ya lo dice la Biblia : Stultorum infinitus est numerus.

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  4. Buena parte de las guerras de la historia han sido en busca o para acaparar recursos naturales, pero lo han sido casi siempre en nombre de algún dios. Con que una de las mayores amenazas para la supervivencia humana, -a nivel individual- es precisamente la religión.

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  5. Los máximos responsables políticos que defienden el catolicismo luego toman medidas en contra del mensaje de los evangelios, fomentando la pobreza y segregación.

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