LA MOTILLA NO ES UN PARQUE TEMÁTICO (Página nº 3057)

A día de hoy no sé si existirá un estudio serio sobre la capacidad del yacimiento de La Motilla para absorber un número determinado de visitas máximo diario, semanal o mensual sin que pueda ponerse en riesgo la integridad y seguridad de este emblemático lugar, pero de lo que no cabe duda es de que por encima de la demanda de visitantes ha de primar el sentido común, la prudencia, la contención y el criterio de salvaguardar el yacimiento y eso supone limitar el acceso de visitantes a un número determinado e innegociable que nunca podrá ser masivo. Y es que la Motilla del Azuer nunca será un parque temático, en el sentido de búsqueda masiva de visitas, ni debe perder su identidad porque exista una demanda puntual o estacional muy alta que no pueda ni deba ser atendida de acuerdo a la regulación de visitas establecidas.

Sé que algunos pensarán que dejar a muchos visitantes sin su ansiada visita por mor de ese numerus clausus es una faena y puede ir en detrimento de la imagen turística de Daimiel, pero lo que debe respetarse ante todo es el propio yacimiento, su capacidad y necesidades, su valor arqueológico y la necesidad de hacer prevalecer estas condiciones sobre lo demás. A cambio convendría que los posibles visitantes planificaran con tiempo su visita a Daimiel incluyendo la reserva vía internet y que el Ayuntamiento potenciara la publicidad tanto del enclave concreto como sobre este procedimiento de reserva para evitar la frustración de esos potenciales visitantes que descubren solo al llegar a Daimiel la opción de visitar esta maravilla del Bronce.

Hacemos mal en comparar la Motilla con al Corral de Comedias por muchas razones, en reducir a cifras los resultados turísticos de ambas y no entender lo distinto de su situación y posibilidades. La Motilla del Azuer tiene su propia idiosincrasia, su estatus particular, y responde a condicionantes que deben ser valorados en particular. Vale que sepamos de su reclamo turístico, que irá a más, pero también de su valor arqueológico, histórico, arquitectónico y cultural y caer en la tentación de sobreexplotar el recurso sería un terrible disparate, se mire por donde se mire.

Aquí en Daimiel ha habido mucha gente que ha considerado que aquello era un montón de piedras, despreciando su valor hasta que han empezado a vislumbrar su valía extraordinaria. Ya antes las Tablas eran cuatro charcos llenos de mosquitos y cuatro patos mal contados para muchos paisanos hasta que empezaron a entender lo extraordinario de un humedal valorado en el mundo. Pero de pronto parece llenárseles los ojos de chiribitas pensando que puede generar muchos ingresos acogiendo a cuantos quieran pasearse entre sus muros o contemplar el pozo más antiguo de la península y asistir, en menor medida, a esas procesiones desquiciadas de un Viernes Santo en las Tablas de Daimiel con 10, 12, 15000 visitantes en una sola jornada y que tampoco es asumible y tendrá que ser regulado por el propio Plan de Uso y Gestión que se está elaborando.

La Motilla del Azuer se merece un respeto, una gestión coherente y conservadora de su integridad y valor, y no debemos olvidarlo jamás aunque eso deje con las ganas a más de un turista. De estos hay muchos, ahora y el futuro, pero Motilla visitable como la del Azuer solo esta.

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