El título puede parecer una broma pero acudir al Teatro Ayala un día de crudo invierno es como una breve excursión siberiana teniendo en cuenta que has de estar sentado, casi inmóvil, y el bateo incesante de las puertas recuerdan a tu espalda y nuca el frío de cojones en el que te hayas envuelto.
No obstante la ocasión merecía la pena y hasta allí que me fui bien pertrechado, doble calcetín, jersey de punto, bufanda al cuello y cerca anduve del forro polar. Es más, no hubiera dudado en colocarme guantes y gorro de lana que también portaba.
No fue necesario. Un aforo completo y el ritmo y calor de las piezas que fueron desgranando los músicos de la Basement Band y la invitación a participar con nuestras palmas e incluso voces bastaron para amortiguar el frío, no hacernos pensar en él y entregarnos a un concierto del que, creo, disfrutamos todos los allí presentes.
No era mi objetivo hablar de esta situación recurrente en el Teatro Ayala pero tampoco se podía eludir. Y una vez señalada la incómoda circunstancia vayamos al concierto.
Para mí lo mas destacado de todo, aparte de la propia ejecución musical, es que sus componentes se lo pasan de fábula, disfrutan tocando, muestran un ambiente formidable de amistad y lo saben transmitir durante las casi dos horas de concierto, al punto que todo se vuelve gozoso, divertido, y esa complicidad llega al público. Ayuda, claro, que todos los conocemos y que muchos vínculos familiares o de amistad copaban las butacas del teatro, pero estoy seguro que con un público más neutral también habrían conseguido atraerlos a ese ambiente festivo, de camaradería, divertido, al que ayuda, claro está, el propio carácter de la música que interpretan.
Evidentemente mi oído musical es el que es y no pretendo, por tanto, hacer crítica musical, que no sabría, pero desde luego sí que puedo valorar la puesta en escena, el propio espectáculo y el ambiente en el que se desarrolló y creo que quienes tuvimos la oportunidad de acercarnos a la heladora sala del Ayala disfrutamos de lo lindo y dimos por compensadas esas condiciones al poder disfrutar de su actuación y salir de allí con el regusto dulce de lo ofrecido por estos daimieleños que, sin excepción, han mamado la buena música desde pequeños.
Desde aquí felicitarles, desear nuevos discos, esperarlos cada Nochebuena junto al Olivo Milenario y acercarnos cada vez que decidan ofrecer un nuevo concierto. Y si la temperatura de la sala es un poco mejor...¡miel sobre hojuelas!
Dejo el vídeo que ellos mismos han colgado hoy en youtube con el tema que cerró su actuación:
*****
LA VERDAD ES QUE EN TODOS LOS ESPACIOS DEL AYUNTAMIENTO, EL FRÍO ES EL QUE PRIMA EN TODOS ELLOS, YA QUE ADEMÁS DEL TEATRO AYALA, TAMBIEN ES UN GRAN ESFUERZO IR AL PABELLON DEPORTIVO A VER A NUESTROS JÓVENES HACER DEPORTE, YA QUE EL TIEMPO QUE DURAN LOS PARTIDOS, ES EL TIEMPO QUE ESTAMOS EXPUESTOS A COGER UN GRAN CATARRO.
ResponderEliminarTienes mi apoyo para firmar la solicitud de que instalen calefacción en el pabellón, para que de esta forma no pasaramos frio ni los aficionados ni los jugadores, aunque alguien se quejaría pero tambien habría que pedir al ayuntamiento que instalen calefacción en el campo de futbol y en las calles, así estariamos encantados de salir a pasear en estos días tan gélidos
ResponderEliminarLo que debeian hacer es hacer el nuevo teatro-auditorio que llevan años prometiendo y que tanta falta hace en Daimiel al igual que. promover desde al ayto algo para declarar la Semana Santa de interés turistico nacional.
ResponderEliminar¡Me alegro que lo pasaras muy bien! FELICIDADES a Basement
ResponderEliminarBand
Pos anda por un poquillejo frío como sus punis.
ResponderEliminarArrecogiendo aceituna sus quería yo ver.