Leía hoy esto en Diario Lanza:
"En el encuentro, Recio también informó sobre la actividad de EcoHuerta, una asociación en la que participan actualmente una decena de familias y que está abierta a nuevas incorporaciones. EcoHuerta cuenta con una parcela justo al lado del parque del Pilar donde ha creado un huerto urbano en el que se cultiva durante todo el año “todo tipo de productos” hortícolas. Así mismo, colabora con distintos colectivos y asociaciones y se está trabajando en la recuperación del panizo de Daimiel, un cereal que se encuentra en peligro de extinción."
Aquí en Daimiel hay todavía gente que no se resigna a plantar un poco de panizo de Daimiel evitando que este termine por perderse. Esta es una labor muy de agradecer que, sin embargo, no nos engañemos, tenderá a desaparecer cuando el valor sentimental y el deseo de conservar esta variedad que le atribuyen estas pocas personas, agricultores ellos, se pierda si no sabemos transmitirlo a otras generaciones. Y es que este cultivo no es rentable, o no se ha sabido rentabilizarlo al menos, visto como está el mercado actual, y su supervivencia fuera del voluntarismo de estas buenas gentes vendría por encontrar fórmulas de financiación que apostasen por que dicho cereal no se extinga.
Puede que a la mayoría no le importe, total son muchas las especies y variedades que van desapareciendo cada año, pero aparte esa salvaguardar de la especie en sí, que no deja de ser una pérdida por insignificante que lo vea la mayoría, hay una razón sentimental importante que es que es una de las escasa cosas que lleva vinculado expresamente el nombre de Daimiel, que lo personaliza y de alguna manera lo hace especial para las personas que sienten y quieren esta ciudad.
¿Qué otras cosas hay?, ¿Las Tablas de Daimiel?, ¿la "daimielización"? Poco más.
Creo que perder una especie endémica, quizá la única, que tiene que ver con Daimiel no nos lo debiéramos permitir. Y entiendo que se debe hacer el esfuerzo para mantener, con algún tipo de ayudas apelando al valor científico de conservación, algunas pequeñas parcelas mediante fórmulas de ayuda económica para quienes detraen esos terrenos de otros cultivos más rentables.
De momento aplaudo, eso sí, la intención de EcoHuerta de trabajar para que el panizo de Daimiel, aunque sea fuera de nuestro municipio, no se extinga definitivamente, pero lo suyo, en lo posible, es que aquí, en nuestro término, pudiera crecer en algunas parcelas esta variedad local. Todo porque no se pierda.
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Lo del Panizo de Daimiel fue otra de las grandes ideas de este daimieleño, que amaba a su pueblo y su carrera de Perito Agrícola. Lo criaba, cosechaba, seleccionaba y lo comercializaba. Pero por aquellos años no había grandes empresas de piensos. Cuando empezaron a envasar a gran escala, se llevaron por delante a mucha gente e ideas como esta de D. Rafael Pinilla. Vayan mis palabras en su recuerdo.
ResponderEliminarSin duda no hay que perder estos cultivos tradicionales, desde el punto de vista sentimental, por llevar nuestro nombre, porque explica parte de nuestra historia, por lo importante que fue para el desarrollo de nuestro pueblo, pero el interés es solo cultural, de historia de nuestro pueblo.Desde otro punto de vista, El Panizo de Daimiel no es una especie endémica, ni esta en extinción. Existe en todo el mundo desde la prehistoria y aquí se trajo probablemente de América, aunque su origen es África-Asia. Es el Pennisetum Glaucum, el mijo perla. Actualmente, con las modas alimenticias de consumir cereales alternativos, puede tener algo de interés, pero desde luego no creo sea un cultivo alternativo. Hay otros cultivos que también fueron importantes en nuestra localidad y han desaparecido, merecen también estudiarlos localmente, tal es el caso del azafrán. Me sumo al comentario anterior al recuerdo de esos grandes de Daimiel que merecen un sitio en nuestra memoria, en nuestra historia.
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