Resulta que el Instituto Juan de Mariana, conservador él, publica en su web un artículo de un tal Pablo Carabias, a la sazón entrenador de tenis profesional, en el que defiende que el Sufragio Universal debería ser sustituido por el voto censitario, algo así como "tanto vales, tanto votas" o lo que es lo mismo, tanto puedes pagar tantos más votos tendrás.
Y es que al entrenador tenístico le han dado espacio en la web con buena vinculación con Esperanza Aguirre y factoría de ideas bien acogida por esta dirigente, y por eso no cabe pensar que se le ha dejado espacio para el dislate a un tontoelhaba casual sino que sólo cabe pensar en que quiere lanzarse al debate público un tema revistiéndolo de una seriedad que no tiene.
El tal Carabías lanza perlas de este estilo:
“quien más aporte debería tener más que decir sobre el destino que se da al fondo común, de forma proporcional a lo aportado”, lo que se traduce en que el voto de los ricos tuviera más valor que el de los pobres.
Pero sigamos el razonamiento:
“el derecho a voto, libre y voluntario, debería tener un precio”. “Pongamos un ejemplo. Cada papeleta de voto, 100 €, 200 €. Cada persona decidiría cuántos derechos a votos quiere y/o puede comprar y, de esta forma, con el dinero que cada persona, de forma voluntaria, aporte, se financiaría el Estado, pues este dinero, estas digamos "participaciones" serían el único y exclusivo capital estatal con el que se financiaría... y, por supuesto, nada de impuesto adicionales”
Osea, el poder en venta y sustraido el carácter universal que tanto ha costado conseguir para que la élite económica legitime lo que ya hace de facto, tomar las decisiones que afectan a todos a partir de sus particulares intereses. La voluntad de los votantes secuestrada por los "accionistas del Estado".
No creo que nadie se tome en serio las cavilaciones del susodicho aunque con esta vuelta al NO-DO que padecemos ya cabe cualquier cosa, y el siglo XIX puede quedar a la vuelta de la esquina como se le siga dejando margen a la estupidez.
El voto censitario es rancio, injusto, excluyente y profundamente antidemocrático, alma del caciquismo que asoló al país hasta bien entrado mediado el siglo XX y de cuya infausta memoria conviene hacer pedagogía contra su defensa. El voto libre, secreto y universal, casi el único resquicio de participación ciudadana, no puede ser cuestionado de ningún modo cuando la alternativa es la de perderlo en favor de los adinerados. La democracia no merece este nuevo ataque para desvalorizar una realidad, el que todos hemos de ser iguales en derechos y obligaciones.
Enlace:
http://www.juandemariana.org/comentario/5987/defensa/voto/censitario/
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Flipo en colorines, no puedo creerme tal historia a estas alturas.
ResponderEliminar¿Pero cuantos años tendremos que retroceder con todo esto, pero cuantos derechos nos van a guillotinar?.