domingo, 5 de mayo de 2013

BILLETES DE 500 EUROS (Página nº 1858)



Dice el ministro Guindos que él no ha visto nunca un billete de 500 euros y que, aunque sea ministro de Economía, desconoce hasta su aspecto. Pues bien, yo que soy un simple funcionario los he visto, palpado y observado en varias ocasiones sin que me dé miedo admitirlo porque, aunque inhabituales, tampoco son tan rara avis como para afirmar, como si fuera casi sospechoso, que uno ha tenido experiencia en esos avistamientos.

Es más, recuerdo que cuando salieron, allá por enero del 2001, una compañera trajo uno al colegio para enseñarlo a los alumnos mayores, para después cambiarlo en billetes más pequeños en una entidad bancaria. Aún era para todos complicado comprender el valor facial de ese billete en pesetas porque superaba ampliamente al más grande de los emitidos hasta el momento, el de 10.000 pesetas.

Pero lo cierto es que Guindos hacía estas afirmaciones en el ámbito de una información en la que mostraba cierta predisposición favorable a suprimir un billete que no circula, o al menos no lo hace en la proporción y número para el que fue concebido, pues como es de todos sabido ha pasado a ser el billete refugio de la economía sumergida, del fraude fiscal y del dinero negro y por lo tanto en él parece estar la clave para destapar todo ello. Por eso hay partidos que han propuesto desde su supresión al cambio de diseño y color como formar de forzar el afloramiento de los miles de millones que se emitieron y que para nada tienen que ver con los billetes visibles, que son muchísimos menos y que corren camino de convertirse en un mito tal como el del monstruo del Lago Ness, el Yeti o el Bigfoot, que algunos dicen haber visto alguna vez pero empieza a dudarse de tal cosa.

El gracejo español sacó punta a la última moneda de peseta, aquella tan diminuta, llamándola "la picha del viejo" porque decían que aunque supieran que la tenían no se la encontraban. Al billete de 500 euros no sé si le han encontrado el punto humorístico pero aunque los busquen los demás parece no encontrarlos en sitio alguno porque hay quien los acapara con total sigilo y discreción para ocultar lo que se tiene pero se ha conseguido de forma no siempre transparente.

Por eso yo estoy de acuerdo en la iniciativa de suprimirlo, o cambiarlo de color, porque parece una forma efectiva de tirar de la hebra y que se ponga en circulación parte de un dinero sin rastro. Eso sí, poniendo en las manos de Luis de Guindos uno de esos billetes con el fin de que nunca pueda quedarse con el reconcome y la frustración de no haberlos visto. Y después, devolverlo a su sitio, una vez contemplado, no vaya a ser que se le despierten malas ideas.

1 comentario:

  1. La primera vez que ví yo un billete de 500 euros fue a una viejecilla en el supermercado y me quede con la boca abierta.

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