Ahora que 20minutos.es nos sorprende con un reportaje tomado de la Guía Repsol sobre plazas mayores, incluyendo la de Daimiel en una selecta muestra de ocho emblemáticas de Castilla-La Mancha, ni más ni menos que junto a las de Alcaráz, Almagro, San Clemente, Cifuentes, Tarazona de la Mancha, Tembleque y el Toboso, y que parece más cercano poner en explotación turística la Motilla del Azuer que, como ya contamos aquí, si se hace bien se podrá convertir en un reclamo de primer orden aunque nunca a la altura del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, salvo que la gestión de éste y el acuífero se haga mal, vuelvo a pensar en el capital turístico de nuestra ciudad, y tengo para mí, que queda mucho por hacer aunque ya sobre algunas cosas no se puede hacer nada.
Por ejemplo, no hay un patrimonio arquitectónico especialmente relevante, pero lo que nos queda no siempre resulta visitable o se carece de guías capaces de "vender" las virtudes de esos edificios, y aunque es digno de alabar iniciativas como las aplicaciones para dispositivos móviles a veces se echa en falta ciertas apuestas ambiciosas mediante el trato personalizado.
Otra cosa que hago en falta es conseguir que Daimiel resulte acogedor y atractivo a los visitantes con una buena oferta de restauración y ocio, capaz de animar a los visitantes a quedarse con nosotros y evitar que las alternativas próximas nos coman un terreno que generaría un impacto importante en la economía local.
Por otro lado, y cada vez que voy allí siento lo mismo, estamos dejando escapar un espacio asombroso, que atrae ya a gente de todos sitios y que podría suponer el tercer pie sólido del entorno daimieleño junto a Las Tablas y la Motilla. Me refiero a Navaseca, impresionante en las condiciones actuales en cuanto a la avifauna que concentra y polo de atracción de aficionados a la observación de las aves en entornos de agua. Hoy mismo, y siempre que voy hay gente allí, me he encontrado con unos franceses cargados de teleobjetivos y prismáticos, verdaderamente gozosos de lo que estaban viendo. ¿No hay acaso razones suficientes para hacer de esta laguna un espacio singular para enriquecer la oferta turística local?, ¿no merece la pena poner todo el empeño en mejorar la calidad de sus aguas, los accesos, no solo para poder evitar los recurrentes brotes de botulismo sino para dar a ese lugar el trato que lo dignifique y lo optimice? Y ojo, que no hablo de convertirlo en parque temático ni dotarlo de merenderos ni disparates de ese tipo sino de ofrecer las mejores condiciones para esta Navaseca que, siendo durante mucho tiempo el patito feo, se está revelando como una pequeña maravilla digna de acaparar la atención especial de quienes nos visitan.
Y porque creo que me dejará, voy a ilustrar la entrada con la foto de José Antonio Alcázar, una de las personas que mejor sabe mirar nuestro entorno y regalarnos la belleza que contiene este lugar:
Enlace a la foto:
Enlace a 20minutos.es:
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Me parece imposible que se hayan fijado en nuestra plaza,aunque reconociendo que es muy bonita,por lo menos a mi me gusta,hace unos días
ResponderEliminarestaba yo paseando y le comente a mi hermana que venia conmigo,lo poco que nos esforzamos en tener algo bien hecho,pues me fije en las persianas de los balcones de la plaza, y las hay de todos los colores y formas, no se podía dar una orden para que todas fueran iguales.
Eso y los distintos tipos de tono marrón de las fachadas
EliminarImportante también LO SUCIA QUE LA TENEMOS. Tiramos todo al suelo. Es una verdadera pena. Es bonita la plaza de Daimiel. Pero me da mucha tristeza lo poco que la cuidamos.
ResponderEliminarY los chicles pegados en el suelo, horrible.
ResponderEliminarSí, al igual que una parte importante de las aceras, calles, parque y jardines.
ResponderEliminarDonde no hay papeles, cáscaras de pipas o chicles; aparecen "presentes caninos" por doquier.