YA SE RECORTA HASTA EN LA PREVENCIÓN (Página nº 1762)

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud ha consensuado un calendario común de vacunaciones para corregir el disparate de diecinueve planteamientos territoriales distintos y de nuevo ha quedado algo medianamente claro:

• Uno, que la montaña parió un ratón escuálido, de mínimos, cuestionado y cuestionable.
• Que han conseguido la reprobación de los pediatras con los que, como es habitual en la toma de decisiones políticas, no se ha contado para nada. Debe ser que son los que menos entienden.
• Que el criterio que cuenta, al final, es el economicista y por tanto da igual que una mala prevención pueda originar gastos mayores futuros pues se trata de meter la tijera ante todo y desandar lo andado.

Ya saben, esto me recuerda a ese chiste que conté otra vez, cuando le preguntaban a un político destacadísimo porque gastaban más en cárceles que en escuelas, y aquel contestaba que estaba claro, porque a la escuela ya no iban a ir. Pues eso, ellos recortan donde no les afecta, ni tan siquiera a los suyos porque tendrán acceso a cuantas vacunas no se recogen en ese calendario, pero tendrán la jeta de negar que sean recortes y lo llamarán ajustes, racionalización u optimización de los recursos.

Sin embargo los pediatras, ¡esos ignorantes!, cuestionan esta política, se pregunta por qué desaparecen vacunas como la del neumococo, cuando ya se ha demostrado su eficiencia estadística, por qué se retrasa la de la varicela a una edad, 12 años, en la que la gran mayoría la habrá pasado, o por qué no se adelanta la del papiloma sabiendo que hoy en día la vida sexual activa se inicia antes y no ver la realidad resulta estúpido.

Las políticas de prevención son , creo, la avanzadilla de un sistema de salud inteligente. Quien previene evita, escuchaba yo desde pequeño, pero la sanidad en España está dejando de ser un sistema de salud inteligente cuando la prevención se empieza a dejar en un segundo plano.