lunes, 18 de febrero de 2013

¿ Y CUÁNTO DINERO ES ESE ? (Página nº 1663)

Al hilo de estos comentarios:

"usease que en el caso de Daimiel, hasta se podría gastar más en políticos, lo cual me lleva a pensar que en Daimil gastamos poco en políticos. 

Soy de los que piensa que la política debe estar bien remunerada. No para hacerse rico pero nadie se mete ahí a que le duela la cabeza por nada."


y

"¿Y estar bien remunerada la política qué significa?, ¿cuál es la cantidad?"

yo también me pregunto cuál sería el sueldo que podría estimarse como adecuado.

Hace unos días criticaba aquí el razonamiento merluzo del alcalde de Barcelona que venía a insinuar que una bajada de los sueldos podría propiciar una mayor exposición a caer en la corrupción:

"a veces bajar según qué sueldos comporta según qué otras cosas, no, y estos días solo han de ver a nivel de los periódicos que pasa"

Osea, que según él, un gran sueldo garantiza la integridad, y entonces a los políticos se les debe pagar muy bien para que no caigan en tentaciones. Pero claro, el dinero que se maneja en la corrupción es de tal envergadura que, con ese razonamiento, cualquier sueldo sería poco para evitarles dicha tentación y pienso yo que de lo que se trata es de que a la política llegue gente íntegra y no estos "messis" a los que hay que subirles infinitamente el sueldo para que no se dejen tentar por otras ofertas.

Y si el sueldo es muy alto, claro, es evidente que será más fácil caer en otra tentación, la de profesionalizarse, apegarse al poder, porque les ofrece un estatus que muchos no alcanzarían fuera de la política. Y si admitimos las tentaciones no sería difícil pensar que se pudiera gobernar con el objetivo de garantizarse la reelección superponiéndolo al interés general de los ciudadanos, algo que ya sabemos que pasa en muchas ocasiones.

Yo no estoy contra que se les pague bien pero sí en considerar que ese pagar bien entre en una lógica que tenga que ver más con una aproximación al salario medio español que a esas cifras de seis ceros que gastan, entre salario y dietas, muchos de ellos en la política nacional y regional, y en alcaldías potentes, y que los alcaldes no han de estar por dinero aunque se les compense debidamente por su trabajo temporal antes de volver al propio tras su etapa política, y en eso creo que la racionalización de unos sueldos fijados por norma y no a capricho de cada ayuntamiento es un paso importante.

En cuanto a si Daimiel gasta poco en políticos o no la referencia no es sólo el tamaño de la población o el presupuesto sino el trabajo a realizar y la deuda existente, y con estas tampoco creo que estemos mal servidos.

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