domingo, 17 de febrero de 2013

MONÓLOGOS POR MONÓLOGO (Página nº 1660)

Este año hubiera querido ir a la Muestra de Monólogos que por segundo año consecutivo se programaba dentro del Carnaval de Daimiel. Ya destaqué el acierto, el año pasado, y debo reconocer que pasé una noche estupenda con los monologuistas elegidos para la ocasión, y para esta nueva edición ya conocía a Miguel Lago y algo menos a Marcos Arizmendi, aunque lo suficiente para acercarme al pabellón ferial. Sin embargo, ya es oportunidad, otro "monologuista" se interpuso en mi primera intención y no lo dudé, aunque ni tan siquiera imaginaba qué depararía su actuación, pero Millán Salcedo traía su espectáculo "De verden cuando" al Quijano de Ciudad Real y me seducía ver, conocer, qué había preparado este absurdo e incalificable humorista.

Debo decir que doy por bien pagada la entrada pues durante algo más de cien minutos nos ofreció mucho de Millán y nos hizo reír con generosidad en un espectáculo muy medido pero dando una sensación de improvisación que, creo, tiene un enorme mérito y demuestra un manejo de las tablas impresionante, Y eso que justo el inicio, los tres o cuatro primeros minutos fueron lo más flojito y me hicieron pensar que iba a dedicarse a soltar una serie de imitaciones ya conocidas. Pero nada más lejos, inmediatamente remontó para llevarnos al alborozo y la carcajada de la mano de su particular forma de entender la realidad y el humor.



Luego me comentaron que los monólogos de Daimiel estuvieron muy bien y, a veces, a uno le da cierto coraje que en el mismo día coincidan esa serie de citas que, por separado, serían ineludibles pero que, en esa circunstancia, obligan a elegir. E incluso, en ese mismo día, en Daimiel, creo que se presentaba el disco de un cantautor, Alejandro Cerro, al que he comenzado a seguir desde que hace unos meses escuché algunas de sus canciones en un programa de Daimiel TV, y a lo que tuve que renunciar justamente por esta inflación de actos coincidentes ese viernes 15 de febrero pasado.

Pero, claro, uno no tiene capacidad de bilocación y ha de conformarse con una sola elección que, ya digo, estoy convencido de que fue la más acertada. Y es que, "de verden cuando", una elección te obliga a otras renuncias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario