ESA ES LA DIFERENCIA ENTRE SER Y PARECER TRANSPARENTES (Página nº 750)

La sensación que tengo respecto al Equipo de Gobierno de la pasada legislatura era la de la opacidad, posiblemente porque como nos van descubriendo cuestiones que desconocíamos sobre su gestión es imposible sustraerse a esa condición opaca. Y eso a pesar de ser los reyes del ruedaprensismo y el autobombo.

La sensación que tengo respecto al actual Equipo de Gobierno es el de la translucidez, puede que porque carezcamos de perspectiva, como con los socialistas, o porque quieren compensar con esas informaciones que sus antecesores callaron.

Sin embargo hay aspectos que tienden a la opacidad cuando en ese ejercicio de transparencia prefieren no abordar temas que pueden volverse contra ellos o cuestionarles. En ese sentido, y yo no conozco el asunto, veo que en los últimos comentarios se cuestiona precisamente eso, que haya asuntos relativos a recortes que se tratan en asuntos con los colectivos afectados pero que no terminan de informarse públicamente, como si sólo se estuviera para dar la cara en lo bueno.

Esa es, a mi juicio, la gran diferencia entre ser transparentes y parecer que lo son. No dar el paso de contarnos, por los mismos medios (ruedas de prensa, entrevistas de radio, etc...) todo eso que los ciudadanos daimieleños también debiéramos conocer porque nos afecta.

Y es que la actividad política tiende a la catarata en el cristalino, cada vez la transparencia va dando lugar a la translucidez o, más allá, a la opacidad. Y eso es perfectamente criticable.

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