martes, 12 de abril de 2016

EL TIEMPO ES COMO UN CHICLE...QUE NUNCA ESTIRA NI ENCOGE A NUESTRO GUSTO (Página nº 3578)

Es curioso esto del tiempo, ese intento de amoldarnos a nuestro ritmo tan imposible que solo suele provocar inquietud, decepción, ansiedad, desesperación y todo un cúmulo de sensaciones generalmente negativas para nosotros. Todavía no hemos entendido que debemos doblegarnos a su ritmo, dejar de crear expectativas en torno a algo que no dominamos y que solo nos procura frustración. O deseamos que el tiempo pase cuanto antes, si se trata de algo negativo, o ansiamos que no transcurra, cuando nos encontramos bien, sabiendo como sabemos que ambas cosas son imposibles y que con ello acentuamos ese grado de insatisfacción que termina por crearnos un problema.
Me parece bastante llamativo ese afán humano de crearse problemas donde no los hay, de pretender ir contra la lógica y chocarse una y otra vez con una realidad tan terca como inmutable. Y lo digo yo que me reconozco en quien pretende acomodar el tiempo al propio interés aún sabiendo de lo absurdo que resulta y lo desigual de una batalla claramente perdida. Quizá más ahora, incluso, cuando los tiempos de recuperación marcan un ritmo claro de mejoría y la cabeza se te adelanta unas jornadas pretendiendo que todo se acelere, desaparezcan las molestias y todo vuelva a su ser. Es una forma de debilidad, de fragilidad, por no aceptar que las cosas suceden a su debido tiempo sin que podamos intervenir.
Otra cosa es que ese mismo tiempo lo contemplemos como un chicle, que notemos cómo, a veces, en ambientes gratos, todo parece transcurrir demasiado deprisa porque estamos disfrutando de una compañía, una conversación, un viaje, y en cambio, ante situaciones desagradables que toca abordar, sintamos la pesadez de un tiempo que no corre, que no nos aleja del problema, del disgusto, del dolor, como si el paso de los segundos, los minutos, las horas, los días, se hubieran confabulado contra nosotros para ahondar el malestar. Al fin y al cabo ahí radica la subjetividad de cada uno, por supuesto, paro la forma de combatir esas sensaciones termina siendo la de comprender que el tiempo siempre va a someternos, que en realidad no es tal chicle sino un espacio incuestionable ajeno a nuestra voluntad y que comprendiendo que es así debemos abstraernos a él o, en el peor de los casos, acomodar nuestro ritmo a ese discurrir para evitar que nos afecte.
Y esto es así al punto de que, cuando ya hablamos de años, de esos años cumplidos, solo si somos capaces de concentrarnos en vivir cada momento podremos evitar que nos ocupe esa gestión nefasta de lo que hicimos o dejamos de hacer o, incluso, de lo que nos queda por hacer, que solo nos come tiempo inútil y nos devuelve esa sensación frustrante o de agobio que en nada nos ayuda. Voy a cumplir en unos días cincuenta y cuatro y solo me preocupa sentirme lo mejor posible cada día con quienes me hacen mejor, con quienes me importan en la vida, con quienes se toman unos segundo para pensar en mí. Nada de lo de antes va a cambiar por dedicarle mi tiempo de ahora, nada va a ser muy distinto por pensar lo que pueda pasar más adelante. El tiempo no debe ser un rival, solo un acompañante necesario con el que conviene llevarnos bien y al que no doblegaremos. Y si fuera un chicle estoy convencido de que no nos iría mejor.


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3 comentarios:

  1. Me gustaría introducir un tema aparte del comentado en esta entrada: los sorteos y demás acciones "benéficas" de las cofradías. El año pasado (y no sé si hace dos también), los Blancos organizaron distintos eventos (maratón de fútbol sala, caseta en las fiestas de San Isidro, etc) con el fin de subvencionar una casa museo. Hace cuatro días, los Moraos realizaron un sorteo a beneficio del Certamen de cornetas y tambores.
    Mi planteamiento es el siguiente: ¿Dónde está el cristianismo en ese tipo de acciones? ¿Por qué no se realizan esas mismas actividades con fines más solidarios/cristianos?

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    1. También cada hermandad o cofradía hace actos solidarios, pero cada uno se queda con lo que quiere.
      Además cuando se pide colaboración a la gente para cualquier tipo de iniciativa, la gente es libre de aportar o no.
      Pero vamos en los últimos 'cuatro días u ocho' se han realizado recogida de alimentos, comidas solidarias, etc. etc. etc.

      Así que amigo no estoy de acuerdo contigo.

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    2. ¿Y quiénes han sido los organizadores?

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