Las cosas se pueden hacer bien, mal y regular, y la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha ha decidido las tres cosas, hacer bien, mal y regular el tema de préstamo de libros a través de ayudas a las familias pero que gestionan los propios Centros Educativos:
Empecemos por lo mal hecho:
- El calendario, un disparate. Sacan la convocatoria a final de mayo dejando todo el mes de junio para la presentación de solicitudes. Alegan los numerosos borradores, la supervisión de servicios jurídicos, etc..., pero si fue posible sacarlo en marzo el curso pasado lo cierto es que este año, mismo procedimiento con algunas novedades, podría haberse hecho igual. La consecuencia más inmediata es que el proceso se resolverá oficiosamente a finales de septiembre, con el curso bien empezado, y además con los Centros cerrados durante agosto.
- Otro problema es que las familias no sabrán hasta primeros si tendrán derecho al lote de ayuda o deberán reservar sus libros en las librerías o comprarlos de segunda mano. Lo lógico sería aguardar a que se dé información a los centros pero, de no tener derecho a ayuda, tendrán que gestionar compras en septiembre que ya no suelen acompañarse de ofertas y descuentos significados.
En cuanto a lo regular:
- Sabedores del problema creado la Consejería pretende que los Centros dispongan de la información necesaria, antes de que los listados provisionales y definitivos salgan publicados, para que sepan los lotes que han de adquirir en función de las ayudas que les corresponderán a sus alumnos, y con el fin de que la demora en la entrega de lotes sea la menor posible. Una chapuza que, al menos, beneficia a los solicitantes.
En lo que respecta a lo bien hecho:
- Frente a lo que se ha venido haciendo en los últimos años esta convocatoria tiene un elemento muy positivo: garantiza que todas las familias que cumplan el requisito de renta per cápita (4250 euros) tenga lote de ayuda del Centro. Otros años se fijaba el límite de renta pero los beneficiarios eran muchos menos porque se disponía de un número concreto de ayudas y solo las recibían aquellos alumnos que, de menor a mayor, más bajo nivel de renta tuvieran. Por ejemplo, el año pasado, percibieron aquellos cuya renta per cápita fue inferior a unos 2000 euros según la suma de las casillas 366 + 374 y dividido entre los miembros computables, estableciendo descuentos en la cuota antes de división a familias numerosas o familias con algún miembro con minusvalía reconocida. Este año, repito, todos los que cumplan el dato de renta tendrán el lote de ayuda. Y aunque ya sabemos que el dato de renta se presta a discusión me parece mucho más justo y razonable que el anterior sistema.
Por cierto, a pesar de que existe la seguridad de conceder más ayudas curiosamente no son más las solicitudes que en otros años, lo cuál me llama poderosamente la atención. Me da que las últimas convocatorias fueron desanimando a mucha gente hasta el punto de desistir y no saben que ahora tienen una mayor oportunidad de obtenerlas. Es lo que ocurre cuando el sistema se ha mostrado cicatero y parece volverse excluyente, que cuando las cosas cambian la gente ya desconfía y renuncia, y me temo que muchas personas que podrían tener derecho a ayuda se quedará sin ella por no intentarlo siquiera.
Aquí queda dicho. No pierdan la oportunidad, la base liquidable de la declaración que se está presentando en estos días, del Ejercicio 2015, es la referencia orientativa para dividir entre los miembros computables y saber si tenemos opción y derecho a ese lote de ayuda.
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