¿HASTA CUÁNDO?, O DE LA DIFÍCIL TAREA DE MOVERSE POR LAS ACERAS DE DAIMIEL (Página nº 3649)

Encontré esta foto hace unos días en facebook:

(Foto de Rosario Sánchez-Camacho Negrete, en facebook) 

Llevaba el siguiente texto:

 

"Alguien me puede decir como pasa la mamá con el carrito de su niño."

 

Me puse a recordar y puedo nombrar varios de estos postes colocados en las aceras durante años. ¡Sí, años!, no exagero nada. Algunos, es cierto, al menos se ubican en aceras algo más anchas y su molestia, con tenerla, parece más llevadera, pero otros, como los cuatro de la foto, especialmente los del lado derecho, imposibilitan el paso de sillas de ruedas, cochecitos de bebé u otros elementos que obligan a los peatones a bajarse a la calzada o ir buscando aceras con menos obstáculos.

 

Lamentablemente una situación puntual, como deberían ser estos postes, llegan a eternizarse ante la dejación de los responsables de su instalación provisional y quienes deberían controlar que estuvieran solo el mínimo tiempo imprescindible mientras se lleva a cabo la obra que obligó a ponerlos. Y mientras tanto las muchas obras que se realizan para mejorar la accesibilidad en Daimiel contrastan con la condescendencia que dificulta dicha accesibilidad en otros tramos.

 

Curiosamente esta calle Nueva añade otras dificultades a cochecitos, sillas de ruedas, carritos de compra, etc... pues la diferencia de nivel entre el interior de algunas casas y la calle, con sus sucesivos cambios de altura producto de la pavimentación, convierte tramos en toboganes que dificultan o imposibilitan el paso por algunos tramos y, de nuevo, obligan a salir a la calzada en una calle muy transitada por los vehículos. Hay otras calles así pero la calle Nueva es emblemática de esta circunstancia.

 

Para colmo, ya saben, los amigos de aparcar como el culo acostumbran a aparcar sobre las aceras, ocupando toda o casi la totalidad de ellas, y de nuevo obligando a las personas a ir por la calzada y, por supuesto, si llevan carritos, coches de bebé o van e silla de ruedas, a tener que encomendarse a una difícil maniobra y un riesgo que no debieran correr. La calle Méndez Núñez es el paradigma, agravado por los vehículos de carga y descarga que hacen idéntica maniobra.

 

¿Creen que es todo? No, cuenten con las bicicletas, que también han decidido ocupar las aceras, adueñarse de ellas, haciendo muy complicado moverse por Daimiel.

 

¿Y ya? Pues tampoco, porque hay calles como Quevedo, por ejemplo, que la propia estrechura de aceras ya constituye un peligroso tramo. He visto golpear el hombro de una persona, accidentalmente, con el retrovisor de un camión, simplemente porque no había espacio y la persona caminaba en la misma dirección que el vehículo y no podía ver el peligro.

 

Ya sé que hay cosas cuya solución es más compleja pero otras que están al alcance si hay voluntad. ¡Pues eso!

 

 

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