LA GUERRA DE LAS CIFRAS Y UN EJEMPLO PRÁCTICO (Página nº 3521)

Ayer asistimos a una guerra de cifras en la moción de los toros, especialmente en el trabajo indirecto, algo tan manido como mentiroso porque suele servir para que unos y otros inflen y desinflen las cifras a su antojo ya que contabilizar tal cuestión solo depende de la generosidad o roñosería del "contable" de turno y ayer tuvimos de las dos, con cantidades cogidas según los intereses de cada cual que, a su vez, se basan en los intereses que promueven esas clasificaciones.

Pero dejando a un lado los toros, pues esta guerra de los trabajos indirectos se aplica a casi todo para agrandar o empequeñecer desmesuradamente lo que interesa, vayamos a un ejemplo práctico: yo.

¿Cuánto empleo indirecto genero?

Para el sentido roñas ninguno, absolutamente cero. Para el sentido generoso cientos de miles. Y según lo cuentes ambos sentidos tienen razón.

Pongamos que me levanto al toque de un reloj despertador electrónico. Ahí tienes cantidad de gente que ha trabajado para obtener los distintos materiales que lo componen, los que han elaborado cada pieza, los transportistas, los vendedores, los empleados que trabajan en la obtención de esa energía sea de origen renovable o no que necesito para su funcionamiento y que implica desde los ejecutivos a ingenieros hasta operarios, los trabajadores de la compañía eléctrica que facilitan que la energía llegue a mi domicilio, los electricistas que hicieron la instalación necesaria en una vivienda donde intervinieron también arquitectos, aparejadores, fontaneros, carpinteros, alicatadores, albañiles, pintores. Pero también quienes fabricaron los muebles, en especial sobre el que descansa el despertador y la cama donde está quien debe despertarse. Tambíén quienes fabricaron el colchón, las lamas del somier, quienes trabajaron para obtener la materia prima para fabricar los tejidos de sábanas, almohadas y edredón y quienes las elaboraron. Cómo no quienes las empaquetaron y transportaron, sin olvidar que tanto el cartón como los plásticos para hacerlo supuso obtener petroleo, transformarlo en plásticos en un proceso donde interviene mucho personal desde laboratorios a quienes intervienen en su diseño, elaboración, sellado. Y también quienes dedican su esfuerzo al márketing y la publicidad para que esos productos se vendan sobre los que otras marcas ofertan. Y los comercios donde terminas por comprar dichas sábanas, almohadas o edredones.

¿Cuántos puestos de trabajo dependen indirectamente de mi reloj despertador electrónico?

Si no explico que todos ellos intervinieron puntualmente, pero ajenos a mí, en que yo pueda despertarme en casa al toque de dicho reloj despertador parecería que dependen costantemente de mi compra y que esa compra mantiene por sí sus empleos y no es verdad. Todos hicieron con su trabajo posible que sucediera pero dedicaron un tiempo mínimo a ese trabajo y cuantificarlos como empleo indirecto sería una aberración. Cuando oigo lo de los 200.000 empleos indirectos que generan las corridas de toros entiendo que la mayoría son producto de unas horas, como las que dedicaron a mi reloj, y que la cifra está muy, pero que muy engordada.

Ni son tan pocos ni tantísimos, se pongan como se pongan. En las guerras de cifras éstas pueden ser reales pero analizadas terminan por descubrir su trampa.

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