domingo, 17 de enero de 2016

PAN Y CHOCOLATE (Página nº 3440)

Me sorprende ver ese anuncio de Nestlé que, retrotrayéndonos al pasado con el blanco y negro, reivindica, de nuevo, el pan con chocolate como merienda ideal. Me sorprende porque, cincuenta años después, no parece que hayamos aprendido a comer mejor pero, además, promocionamos comer peor.

Soy de aquella generación de los sesenta y setenta que arreglaban la merienda con pan y chocolate. También de aquellos que sucumbieron a la primera hornada del dulce industrial con los "tronquitos", "tigretones" y "bucaneros", o aquellos bocatas de tulicrem. Y por supuesto de los más jóvenes que pasaron por la consulta de don Eduardo Cuadrado, dentista de la época.

Eso me da cierta perspectiva, pero también llevar treinta años viendo lo que llevan mis alumnos en las mochilas, antes carteras, para tomar en el recreo. Hay de todo, por supuesto, desde los que llevan fruta cortada en los "taper" a los que traen auténticas bombas calóricas. Y aunque en Ciencias Naturales, antes Conocimiento del Medio, se habla mucho de la nutrición, la alimentación, las pirámides de los alimentos y la necesidad de cuidar unos hábitos de salud, e incluso participando en campañas institucionales para la introducción de la fruta en esa merienda de media mañana, suele ocurrir que el producto envasado, ya preparado, es mucho más fácil de consumir y más atractivo y termina por imponerse.

Sin embargo choca que siendo ahora más que nunca conscientes de las cualidades de los alimentos, de tener más información de sus virtudes y defectos, de sus bondades y riesgos para la salud, de tener más información pero, a la par, ser más propensos a someternos a dietas, a hacer ejercicio, a buscar consejo, da la sensación como si el tema solo nos preocupara a partir de la pubertad y hubiésemos olvidado que los primeros años de vida, la infancia, pueden determinar o, al menos, influir de forma importante en el futuro de esas personas.

Soy un apasionado del chocolate, a pesar de mis muchas visitas al dentista, pero llevo años quitándome, reduciéndo drásticamente el consumo porque he entendido que el placer que procura tiene hipotecas para la salud. No puedo borrar lo comido, no sé si con la información que hay ahora de haberla tenido en mi tiempo habría comido todo ese chocolate, esos dulces industriales, ese despiporre calórico que en parte quemaba por mi gran actividad. Pero lo que sí me llama la atención es que en un país donde preocupa el aumento de la obesidad infantil se promociones un producto, desde las televisiones, que la incentiva, que la favorece, que tira por tierra mucho del trabajo de concienciación que médicos y nutricionistas, pero también publicidad institucional, hacen a cada momento. Es como una pescadilla que se muerde la cola, trabajo y "destrabajo" para que el problema permanezca o aumente.

Tengo un buen recuerdo sentimental de aquella infancia del pan con chocolate, la cata de aceite, el bocadillo de mortadela, etc..., por supuesto, pero no me impide reconocer que aquellas onzas de chocolate diaria no era una buena elección y que ese modelo de merienda que se trata de resucitar publicitariamente, junto a la bollería industrial, no es la mejor manera de alimentar a nuestros infantes.



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12 comentarios:

  1. El chocolate en sí no es malo para la salud, el problema viene de embadurnarlo todo con una droga tal como el azúcar; un veneno de acción lenta que sólo proporciona calorías vacías, altamente adictivo y fuente de toda clase de problemas de salud, desde las simples caries hasta la diabetes y la obesidad, con todas sus enfermedades relacionadas, que no son pocas y tampoco pretendo poner los pelos de punta al personal. Y ha habido campañas institucionales, -pagadas muchas
    veces por la misma administración que también sufragaba el coste de la atención sanitaria- promoviendo el consumo de azúcar refinado de remolacha entre la población ¿recordáis aquello de que "es el alimento del cerebro", "es natural" ó "sin química"? - Esto último, por contraposición a la sacarina y otros edulcorantes, cuando es un compuesto refinado químicamente a partir de materia vegetal que no difiere mucho, en sus propiedades, de otras drogas como la cocaína.

    Pues bien, muchos de los problemas de salud de nuestra época están íntimamente relacionados con el consumo desaforado de azúcar, que ojo, NO ES UN ALIMENTO, y se usa descontroladamente en multitud de productos preparados y precocinados: en los refrescos, como adictivo y corrector de su gran acidez; en precocinados, para mejorar el sabor de materias primas de baja calidad (aunque a veces haya que corregir el gusto dulce añadiéndole sal, viva la inventiva); como conservador en mermeladas; sustituyendo al propio cacao en los productos de bollería (el chocolate es caro, es mucho más barata la mezcla de aceite de palma hidrogenado, azúcar y un poco de manteca de cacao, por lo del color); en lácteos aromatizados, desde que la industria descubrió la forma de engañar los paladares poco entrenados con dulce+aroma para imitar los sabores....
    Como en otras ocasiones, había que darle salida a la sobreproducción de una materia fácil de producir cuando muchos pensaban que nuestros recursos hídricos eran ilimitados, barata (debe ser el producto más barato tras el agua) pero que es potencialmente nocivo para la salud, y se recurrió a la misma salida de eficacia probada: administrarlo con la comida, a las personas o al ganado, primero en pequeñas dosis y luego aumentándolas progresivamente según fuera menester. Así ha pasado con la mayoría de productos que se ha demostrado son nocivos para la salud. Lo que prima, desde siempre, es solo el dinero.

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    1. Te juro que en lo que me queda de vida, volveré a probar un Kit Kat...., pero por lo mas sagrado Javi, no hagas una entrada sobre los Gin Tonics

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  2. Eres un buen profesor, y debes hablar a tus alumnos de lo bueno que es la fruta. Pero un poco de chocolate tampoco es malo.

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    1. A eso iba yo: soy persona mayor, como bastante chocolate,y para mí es una delicia si lo como con churros; se que no se debe abusar, pero no digas que es malo, que ya se han muerto muchos amigos de mi edad,sin comer tanto chocolate como yo.

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    2. Nadie dice que el chocolate sea malo, solo que una merienda diaria de chocolate no es una buena merienda por deliciosa que esté. Chocolate SÍ, pero lo justo.

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    3. Y donde está el limite de lo justo?

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  3. Esta foto la has tomado del libro Yo fui a EGB 3 ? Hay una exactamente igual .

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    1. No, es de un foro de internet (foro.actitu50.com)aparentemente de uso público.

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  4. Como curiosidad te recomiendo el libro. Sirve para recordar aquellos buenos buenos momentos, no solo de la escuela que se vivieron en los años setenta y ochenta.

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    1. He léido las dos primeras y hasta he regalado el libro a quien sabía que lo iba a disfrutar.

      También sigo el blog.

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  5. Pues direis lo que querais pero está delicioso.

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  6. En todo caso será un buen maestro, no un buen profesor

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