jueves, 31 de diciembre de 2015

UN BALANCE DEL 2015 (Página nº 3417)

El otro día grabé, para Daimiel Televisión, una especie de balance del 2015 daimieleño a modo de vídeo-blog y que se emitirá esta noche en el Especial Fin de Año que recoge las imágenes más destacadas. Lo cierto es que estaba bastante nervioso porque no estoy habituado a hablar frente a una cámara de ese modo, sin interlocutor o como parte de un coloquio, y seguramente se notará. En todo caso, aunque me extendí más de lo esperado, aquí os dejo las ideas generales expuestas:


"El año 2015 se presentaba esperanzador tanto a nivel local como nacional. Dos grandes hitos asomaban en el horizonte pronosticando cambios. Por un lado estaban los procesos electorales, que para alguien como yo que apuesta por la pluralidad, la participación y los consensos suponía una oportunidad de acabar con mayorías absolutas, generalmente mal utilizadas, y el paso a una cultura de la negociación y el acuerdo que, de alguna manera, nos beneficiara como ciudadanos. Por otro lado, el económico, queríamos creernos que 2015 sería un año distinto, donde pudieran ser palpables esos deseados brotes verdes que ayudaran a olvidar la pesadilla de una crisis que siempre volvía a estar presente.

Ninguna cosa se dio, y si las Municipales decidieron la enésima mayoría absoluta de la reciente historia democrática daimieleña, pues casi todas las legislaturas han sido bajo ese signo, y eso no significa necesariamente algo negativo, en el terreno económico tampoco se puede decir otra cosa que debemos menos, lo cual no es poco, claro, pero los elementos que permitirían hablar de que hemos salido de la crisis, de que se palpa la recuperación, tampoco parece haber llegado a la ciudadanía local y si nos detenemos en las cifras, por ejemplo a nivel de empleo, entre noviembre de 2014 y noviembre de 2015 poco mas de un centenar de personas han encontrado empleo, lo que siendo importante para ese centenar de familias no deja de ser un porcentaje insignificante sobre los parados totales de Daimiel, y eso sin entrar en la calidad de ese nuevo empleo que suele tender a la precariedad. Y no olvidemos que, por segundo año consecutivo, hemos perdido población, tras veinte años de ascensos continuados.

Rebajados pues los hitos, la verdad es que podríamos hablar de un año más de transición, de un año más en el que no ocurre nada determinante y en el que comenzamos a convertir al año que entra, 2016, de nuevo, en el de esa esperanza que nos vea salir de la profundidad de ese hoyo que desde el 2007 se abrió bajo nuestros pies y nos hizo ver la realidad con otros ojos menos confundidos que los de aquellos años de aparente abundancia y falsa opulencia.

Pero en Daimiel han pasado algunas cosas, claro. Entre las positivas el desarrollo en Daimiel del ejercicio de simulacro de la UME, que despertó mucho interés en la localidad pero, además, nos dio mucho espacio en los medios nacionales; el final de la deslocalización de Alvinesa, después de más de una década de espera, o la adecuación de la laguna de Navaseca para poder acercar a los visitantes a un espacio que resulta asombroso para los amantes de la avifauna. Entre las negativas, los recurrentes episodios de contaminación ambiental que afectaron al Parque Nacional, el incendio en las instalaciones de la antigua Alquimia que pudieron ser más graves con otras condiciones o la escasez de lluvias en un año realmente seco.

A nivel del blog que edito 2015 se inició alcanzando el millón de visitas y se despide sumando casi medio millón más.

Solo cabe, eso sí, desear que el nuevo año sea diferente pero mejor, que todos los daimieleños vayamos encontrando los motivos suficientes para pensar que esta vez, sí, lo peor ya va quedando en el olvido.

¡Feliz Año Nuevo!"

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