IRENE LOZANO O DE LOS CAMBIOS DE CHAQUETA (Página nº 3303)

Lo he utilizado varias veces. Me refiero a la frase que nos decía mi profesora de Pedagogía cuando estudiaba Magisterio y que ella atribuía a su abuelo: "Como no soy río me vuelvo cuando quiero". Según esto no deberíamos cuestionar los cambios que acomete cualquier persona a lo largo de su trayectoria vital y por tanto cabría entender que donde alguien dijo digo pudiera, con el paso del tiempo, decir ahora Diego.

Sin embargo, y a pesar del dicho, lo volubilidad no siempre puede ser tan asumible para los demás y si alguien no podría objeción alguna a cambios en aspectos intrascendentes, como que me gustasen los helados de fresa y ahora los odio, en otros ámbitos, como el político, la cosa suele sonar más estridente y chirriar, tanto que lleva a la sospecha y la desconfianza, por más que se quieran explicar las causas.

Hace algún tiempo escuché a una persona de mi entorno decirle a otra, también de ese mismo entorno:

-Macho, con lo rojillo y revolucionario que eras de joven y que facha te has vuelto desde que eres empresario.

El cabreo fue monumental, negando la mayor:

-¿Yo?, ¿yo?. ¿cuándo he sido yo revolucionario y de izquierdas?, ¿qué tonterías dices, ignorante de la vida?

Doy fe de que de joven iba a la izquierda de la izquierda, que exhibía esa progresía revolucionaria de la que ya no queda rastro alguno. Y si el cambio se ha producido, por más que sorprenda semejante cambio, habrá que aceptar la reconversión ideológica llevada a cabo con el tiempo.

No obstante uno puede ir modificando su posición ideológica a lo largo de los años pero llama mucho la atención cuando se hace casi de inmediato y en el ámbito de los cargos políticos, esos cambios de chaqueta que difícilmente pueden evadir las propias circunstancias. Ni tan siquiera después de ver tanto cambio chaquetero nos acostumbramos.

El último caso ha sido el de Irene Lozano al PSOE, partido expertísimo en estas cuestiones laminando a la izquierda con numerosas escisiones rápidamente vinculadas al partido socialista. Por más que diga que llega como independiente, que ha sido a partir de su trabajo por la regeneración, etc... no se puede olvidar que viene de fracasar en su intento de liderar UPyD, lo que supondría creer en el proyecto y no borrarse a las primeras de cambio que otra opción se le impone. Ni se puede olvidar las numerosas críticas vertidas al PSOE, casi siempre como PPSOE, con lo que eso supone de diferenciarse de las viejas políticas, y a la mínima apuntarse atendiendo los cantos de sirena con puesto importante en lista electoral para tener muchas opciones de salir y seguir asentando el pompis en un escaño parlamentario.

Dice Irene que de cualquier manera se la hubiera criticado, es posible, pero ha elegido la manera en que las críticas sean mayores y su futuro político más favorable, y entonces debe entender que la gente en general no tenga una posición muy favorable ni elegante al paso que ha dado, discutido hasta por gente del propio PSOE porque no deja de ser una apuesta personal de Pedro Sánchez tirando de "porque yo lo valgo" y nada más.

Son chaqueteros, al menos para mucha gente, que entiende que hay personas muy volubles, maleables, acomodaticias, y que sus principios carecen del peso exigible a quienes nos representan y quedan mucho más cerca del que esbozaba el gran Groucho Marx: "estos son mis principios, y si no le gustan...los cambio por otros". Y así nos va, llevando a lomos, cargando el peso de una clase política infame, desprestigiada y poco de fiar.

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