NO TODO ES COCA-COLA (Página nº 3300)

A veces nos dejamos llevar por los mensajes triunfalistas sin escarbar en otros detalles. En Daimiel estamos contentos de que empresas como Alvinesa, Don Simón, Vestas o Faiges, entre otras, desarrollen parte de su actividad en suelo daimieleño porque eso significa que el éxito de su labor empresarial supondrá oportunidades laborales para la gente de aquí, mayor flujo de dinero en la economía local, reclamo para otras empresas que busquen un buen lugar donde asentarse e invertir, ingresos para el presupuesto municipal, etc... y eso, en ocasiones, nos lleva a celebrar y a agasajar, sobre todo desde el ámbito político, las decisiones y anuncios de las propias empresas sobre su actividad sin un mínimo filtro crítico, otorgándoles un florilegio de halagos como si fueran benefactores a los que se debe mimo y se evitan preguntas. Pero no todo es coca-cola.

Daimiel sabe mucho de esto, ha vivido vertidos ridículamente sancionados, emisiones de sustancias sin control reiteradamente ignorados, casi siempre corriendo a ser justificados a cuenta del empleo que generan, de su peso en la economía local, como si eso por sí solo bastara. Siempre cogiéndosela con papel de fumar, acomplejados, hasta cerrar los ojos, algo que las empresas conocen al dedillo y explotan. Se confunde con demasiada frecuencia el apoyo indiscutible con una cierta impunidad, se confunde la pelea por respaldar a esas empresas con medidas fiscales con la vista gorda para señalar aquello que no está bien.

En todo esto quien pierde no es el halagador de turno sino los propios trabajadores que conocen muy bien cómo, tras el oropel y las alabanzas, tras los anuncios triunfalistas y publicitarios, suele esconderse otra realidad menos ideal que nos habla de contratos por horas y casi de madrugada y a quemarropa, como se indicó en el último pleno, que será legal pero habla muy mal de las condiciones laborales a las que han abocado a los trabajadores, o como se indica en un comentario que no publicaré para evitarme problemas legales, donde se denuncia cómo hay empresas que han laminado la resistencia sindical a través de maniobras bastante cuestionables, o leemos hoy mismo cómo el comité de empresa de Vestas ha acogido con bastante recelo el anuncio de la empresa de convertir 200 contratos temporales en indefinidos, lo que sería una gran noticia, argumentando esas dudas en que ese mismo día tuvieran una reunión con la dirección y no se les mencionase nada o la ausencia de un calendario para ese proceso además de otras cuestiones que podían leerse hoy en La Tribuna de Ciudad Real.

Todos queremos a estas empresas en Daimiel, y tantas otras que pudieran elegir nuestra localidad, pero tampoco debemos perder de vista que además de esa implantación la actividad de dichas empresas no permita tener que leer y conocer situaciones contra los derechos de los trabajadores, malas prácticas o situaciones medioambientales lesivas. Lo que queremos, en todo caso, es excelencia, respeto a los derechos y exigencia de las obligaciones, empresas modélicas de las que presumir en todos sus aspectos, halagos por completo merecidos porque nada los pusiera en entredicho. No todo es coca.cola, pero podría serlo.

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