CARTELES (Página nº 3095)

Viendo los murales de Terriza en la rotonda de salida hacia Valdepeñas me fijé también en la presencia de estos carteles tan distintos:

Uno, el primero, es público. Seguramente cueste, siga costando dinero mantenerlo allí, sobre ese impresionante poste. Detrás EMUMASA, ese ente difícilmente entendible si no es por el margen que ofrecía para hacer y deshacer, quedar al margen del presupuesto municipal, contratar sin demasiados controles y moverse acumulando deuda sin tanta fiscalización política. Está ahí, posiblemente, porque cueste más quitarlo, perfectamente inútil, ofreciendo mundos felices que casi nadie encontró o a casi nadie terminó por interesar, en ese afán multiplicador de población que la mente ingenua, soñadora o embotada de algún concejal un día proclamó.

Reza "Residencial Los Pozos. Viviendas unifamiliares, Nuevo Colegio de Primaria, Zonas Verdes, Aparcamientos, Centro Comercial. Calidad de vida para su familia". ¿Y de eso qué?

El otro, privado. Al menos, se supone, generador de ingresos para el Ayuntamiento, que cobrará algo por autorizar el panel, y sobre un soporte más modesto. "Sol Fantasy", protagonista del último pleno por la utilización de roles femeninos que parecen un desprecio a la igualdad, un uso inadecuado de la imagen de la mujer y un reclamo que pareció incomodar a todos los grupos representados en el Pleno pero que no parece peligrar. No creo que fuera una cuestión de pacatería, ni siquiera una cuestión menor de esa sesión plenaria, aunque se despachara con algo de indignación y mucho de resignación. No sé si encerrará mundos felices que no sean encontrados o, como en el anterior, apenas servirán de puntual satisfacción, pero creo que volverá a aparecer en el pleno próximo porque, seguramente, cuando se defienden valores se exige correspondencia en coherencia con ellos y posiblemente la desaparición de las dos siluetas que tanto parecen molestar a unos y otros terminen por desaparecer.

Y entre esos colosos, la rotonda de Terriza, minúscula, vendiendo imagen local, compitiendo desde su pequeñez para hacer ignorar dos mundos "felices" que parecen, solo, pura fachada.

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