Desde hace muchísimos años tengo la convicción de que la religión, como asignatura, no pinta nada en la escuela. Me parece que ha de desarrollarse en otros ámbitos bien diferenciados de los centros educativos y de los curriculos que en ellos se abordan.
Dicho esto, la realidad es otra y en tanto que legal he de aceptar que la religión tenga su recorrido en los horarios escolares y se dé como una asignatura más y no es óbice, tampoco, para que respete el trabajo de los compañeros que dan religión en mi centro y los sienta como colegas sin distinción.
Lo que es innegable es que mis recuerdos escolares se llenan de referencias constantes a la religión, casi de forma asfixiante a veces, porque en aquella época todo parecía girar en torno a ella. Y puestos a comparar al menos en la actualidad nos hemos ido desprendiendo de esa presencia atosigante.
Sí, porque yo soy de aquella época en la que el inicio de las clases de mañana y tarde se iniciaban rezando padrenuestros, avemarías y glorias, caturreándolas para amortiguar la monotonía mecánica de esas oraciones, pero también despedíamos la jornada escolar en esos mismos tramos con idéntica ceremonia.
Soy de esa época en la que el crucifijo presidía el aula, en el centro sobre la pizarra, y hasta desplazaba a su flanco derecho el retrato de Franco.
Soy de esa época en la que la formación para hacer la comunión, la catequesis, la dábamos en clase y en la que debíamos de aprendernos hasta la última coma del catecismo para evitar castigos.
Soy de la época en la que era desde el colegio el llevarnos a confesar, por primera vez, antes de esa comunión, en un día en el que coincidíamos con los alumnos de otras escuelas formando largas hileras.
Soy de la época en la que los maestros nos recordaban constantemente los pecados mortales y el infierno como elementos imprescindibles al reprendernos.
Soy de la época en la que te preguntaban por lo que habían dicho los sacerdotes en la homilía para controlar que habías estado atento en misa.
Soy de la época en la que, durante todos los días lectivos del mes de mayo, se cerraban las clases con la celebración de las flores del mes de mayo, sus cantares y textos alusivos, a través de la megafonía de las clases y en la que muchos llevaban su pequeña ofrenda floral a clase.
Soy de la época en la que hasta quinto curso solo había un poker de asignaturas: matemáticas, lenguaje, sociales, naturales y religión, el "sota, caballo y rey" que decía uno de mis maestros y luego compañero, ya fallecido.
Soy de la época en la que mientras hubo comedor escolar en mi colegio se seguía la Cuaresma, al pie de la letra, en la organización de los menús.
Soy de la época en la que mientras hubo comedor escolar en mi colegio se seguía la Cuaresma, al pie de la letra, en la organización de los menús.
Sí, de esa época donde no solamente la religión tenía tanto peso sino que este se extendía a todos los ámbitos de la sociedad y hasta constituían una forma de control social tan al uso entonces.
No sé si por todo aquello o por querer intelectualizarlo desde el sentido común lo cierto es que desde hace muchísimo tiempo tengo, como digo, la profunda convicción de que la religión, como asignatura, no pinta nada en los colegios y que sus ámbitos son otros, y tan respetables, por supuesto, que no estoy para nada en contra de la religión y no puede entenderse la historia de la Humanidad, para lo bueno y lo malo, sin el peso de estas y su clara influencia decisiva en muchos aspectos.
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Te invito a que te des un paseo por algunos centros educativos públicos de Daimiel y verás el crudifijo colgado en sus paredes. Y no se te ocurra insinuar o pedir que se quite:"con la Iglesia hemos topado amigo Sancho o con algún retrógrago en la profesión, que todavía los hay.
ResponderEliminarEs de cajón, a día de hoy es incomprensible tener religión en centros educativos públicos y hasta 2º de Bachillerato. Más lenguaje y matemáticas.
ResponderEliminarLamento profundamente la triste infancia y periodo escolar que padeciste en tus carnes, en los primeros años de tu vida. Seguro que fue muy duro.
ResponderEliminarPero tanto rencor y odio hacia la religión (católica), la cual muchos de tus vecinos, compañeros, amigos, tus padres, alumnos, se acogieron y se acogen hoy en dia para aliviar sus tristezas, tener una esperanza, y engrasar el motor para tirar hacia delante, debería ser tratado por ti con el mayor de los respetos... y no banalizarlo con anécdotas infantiles de rezar el rosario a las seis.
Yo no soy creyente, y hace tiempo me liberé de mis miedos y fustraciones. Soy un Anónimo mas
Y ahora esperaremos a los comentarios de contraréplica que hablarán y ladrarán sobre los curas, dineros, ibis, monumentos y santos de madera..... y a los de meapilas, beatos, cofrades de boquilla y paletos adoraderos.
Sientáte Javi y disfruta de tu obra
Lamento profundamente que de lo escrito hayas podido extraer semejante idea pues en ningún momento he dicho yo que eso me causase tristeza, rencor, frustración, angustia ni nada por el estilo. A aquella edad estaba todo tan naturalizado que rezaba, participaba en las ofrendas y cantaba lo que hubiera que cantar y los infiernos y pecados tampoco me quebraban el alma. Simplemente he descrito cómo la religión estaba presente en las escuelas, al menos en las que yo estudié, y cierto es que desde la visión actual me parecía exagerado y abusivo. No fue, por lo tanto duro ni me dejó huella profunda tampoco.
EliminarDe la misma manera no sé de donde extraes que odie la religión. Tienes una forma curiosa de leer lo que no está escrito. Lo que digo es que la religión debe estar en su ámbito y lo hago desde el profundo respeto a la elección personal de cada cual, donde para nada me meto. Otra cosa es que no esté de acuerdo en la presencia de determinados aspectos allí donde no deberían tener presencia.
Aquí no se banaliza nada, se cuenta la experiencia y si el castigo era rezar el rosario comprenderás que quien lo banalizaría, en todo caso, sería el autor del castigo.
Veo mucho más lamentable la pobreza de espíritu y la falta de caridad cristiana de quien para descalificar a los que no están de acuerdo les denomina meapilas, beato, cofrades de boquilla o paletos adoradores, como si detentaras la verdad absoluta.
Mi obra es tratar un tema de actualidad, dar mi visión, ofrecer mis recuerdos y nada más. Y esperar que quien lo lea se ajuste a lo que escribo y no ponga palabras en mi boca que no he dicho ni escrito.
Ni caso, totem, él si debe haber tenido una infancia triste si tiene que creer en algo que a lomejor ni existe
Eliminar"Mi obra es tratar un tema de actualidad" ¿A que llamas actualidad? A la religión que se impartia en los años 60. La opinión, tan válida como las demás de este anónimo, destila fina ironía, y me parece que ya sabemos quién no lo ha pillado, tú y los perros mordedores....
EliminarJavier te ha escocido la respuesta y tu verás si te renta seguir por ese camino, de lanzar al ruedo desprópositos paa que la gente se enfrente entre si.
El tema de actualidad es la aprobación en el BOE del currículo de religión y el debate que ha aparecido en estos días en prensa, radio y televisión. Yo simplemente hago una comparativa de la presencia de la religión en mi infancia con la actualidad, donde ese peso ha desaparecido en gran parte, aunque mi opinión la he dejado clara.
EliminarNo sé si llamar perros mordedores es persistir en el insulto de quien no puede aportar nada más, y ya me parece curioso que sepas identificar todas las opiniones de ese anónimo si no eres tú mismo y tu ¿fina ironía?, que ya veo que eres el único que tienes en alta estima tus capacidades.
A mí solo me escuece que dando argumentos se me conteste con descalificaciones pero lo mismo no es esperable otra cosa.
¿y de qué quieres que se hable en este blog?, ¿de tu ciática, tu último peinado o de los gamusinos? Se habla de lo que se habla y no sé que miedo tenéis a que se hable de cualquier cosa
Eliminarya mismo quitan filosofia para poner labores del hogar.
ResponderEliminarSi por Wert fuese, el retorno de la sección femenina estaría a la vuelta de la esquina.
EliminarComo se les notaría demasiado simplemente privatizarán la universidad y volverán a convertir la educación básica en una mierda.
Nos necesitan dóciles y tontos, no formados y capaces de quitarles de en medio.
Fantástica entrevista al teólogo Juan José Tamayo, al respecto de este tema:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=0Bx6fwHng34
Ojalá todos los católicos fuesen así. Daría gusto.
¡Gracias por el enlace!
EliminarMerece la pena ver la entrevista.
Lo que quieren es que nadie cuestione sus creencias aunque sean discutibles ahora y siempre
ResponderEliminarEstoy pensando, que en este mundo tan distinguido;
ResponderEliminarcada "cacharito ha de estar en su correspondiente trastienda!
Ha leído alguien el Poema, en memoria del "Brujito de Daimiel.
ResponderEliminarMe ha parecido muy bueno! comentar........
Yo he comprendido muy bien lo que has escrito.
ResponderEliminar¡Totalmente de acuerdo contigo!
Soñando Madrid:
ResponderEliminarÁngel Gabilondo presidente de la Comunidad y Luis García Montero Consejero de Cultura, o viceversa. Eso sería acción política con mayúsculas.
El PP de Madrid tiene un problema.