sábado, 15 de noviembre de 2014

¿PERO POR QUÉ ESE EMPEÑO EN DEFENDER LO INDEFENDIBLE? (Página nº 2784)

Después de leer las declaraciones del concejal de Medio Ambiente diciendo que no hay episodio de contaminación alguna y dando una explicación que a mí para nada me cuadraba después de seguir el hilo del foro de embalses con fotos y opiniones señalando el color y olor llamativamente anormales que hacían sospechar de algún episodio contaminante y que se producían antes de las balsas que Gregorio citaba dejé, pese a todo, cierto margen a la duda.

Después de escuchar otras declaraciones, las del director del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, Carlos Ruiz de la Hermosa, tan poco propenso a mojarse en estas cuestiones, hablar claramente de contaminación, de peces muertos y de riesgo para el parque, y tras darme un paseo por la zona, me quedaba absolutamente claro que tal vertido se había producido y que, de nuevo, el Parque nacional de Las Tablas de Daimiel tenía que soportar un nuevo impacto de consecuencias aún difícilmente evaluables.

Llegados a este punto, si sobre la gestión del Azuer no tiene competencia alguna el Ayuntamiento de Daimiel y el supuesto vertido tampoco procede de ninguna empresa ubicada en la localidad, pues no se hace referencia alguna a tal circunstancia, me hago una pregunta:

¿A qué viene ese empeño de Gregorio Díaz del Campo en negar la mínima posibilidad de vertido que se contradice con el resto de testimonios recogidos, algunos como el propio director del espacio protegido y que creo que cuenta con información precisa y con competencia profesional para hacer tales afirmaciones?

Es más, como digo el director del parque no es muy dado a declaraciones acusatorias y ni tan siquiera a entrar en estos temas en los medios y si lo ha hecho debe ser impelido por la gravedad de lo ocurrido y porque de verdad hay un riesgo evidente y un efecto a corto plazo que debe saberse y denunciarse públicamente, y eso me convence mucho más de la impostura de Gregorio que o no sabe o no quiere saber de la naturaleza del vertido contaminante empeñándose en negarlo. ¿Por qué? No soy capaz de descifrarlo pero me gustaría saber que lleva a esa defensa a ultranza.

Eso sí, la realidad es que de nuevo Daimiel, Las Tablas, andan por medio para no buenas noticias...hasta el próximo episodio que, visto lo visto, sí o sí, ocurrirá.


4 comentarios:

  1. El concejal de Agricultura (y de medioambiente, aunque a tiempo parcial), cumple escrupulosamente las consignas dadas por el partido, al cual se debe en última instancia; son las cosas que tienen los partidos digitales en los que es el dedo divino del presidente quien va eligiendo a sus segundos, y estos a su vez a subalternos, etc, etc.
    Estas consignas no escritas son: nunca cuestionar las actuaciones del partido y jamás poner en solfa a conmilitones, ya sea en los gobiernos regional o de otras localidades, aunque vayan en perjuicio de aquellos que les han votado. Lo hemos visto en multitud de ocasiones. Y esta es otra; los vertidos proceden, con casi total seguridad, de la depuradora de Manzanares, por mal funcionamiento o por vertidos concentrados de las empresas de las localidades a las que sirve (Manzanares, Membrilla, Consolación...) que hayan colapsado la depuración. En cualquier caso, la estrategia es clara: ocultación en Manzanares, improvisación aquí, pero sin buscar la raíz del problema que evite posteriores vertidos. Las consecuencias, como siempre, las pagan las Tablas, y seguimos dilapidando tiempo con el parque inundado sin que se restauren flora y fauna.

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  2. Más aún, el concejal reconoce implícitamente o su desconocimiento del tema o un afan por ocultar su gravedad, no sé cual de las dos opciones resulta peor. La eutrofización es un proceso "natural" de crecimiento explosivo de algas originado por motivos que nada tienen de natural, como el aumento de la concentración de materia orgánica debido a vertidos sin depurar, típicamente de aguas fecales o con contaminación alimentaria. Como consecuencia, también se agota el oxígeno disuelto y la vida en este agua va muriendo, lo que también contribuye a agravar el problema. Las aguas no se han puesto verdes por la gracia del espíritu santo ni es algo inevitable como la lluvia; antes de ello ha habido semanas de un vertido continuado, premeditado y silenciado por parte de las administraciones y el único consuelo que nos queda es que en su mayor parte ha quedado confinado en esas balsas y parece que van a contar con algún tiempo antes de que vuelvan a rebosarse, lo que podría ser suficiente para que el agua se auto-depurase. Eso sí, pueden irse olvidando de la pesca en dichas balsas. Y tampoco es descartable que vuelva a producirse algún otro vertido al río que, ahora sí, iría derechito a las Tablas.

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  3. Yo también me pregunto continuamente que es lo que pasa para que el ayuntamiento y el director de las tablas no las defiendan nunca. No nos merecemos lo que tenemos desde luego

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