Pongamos que un gobierno regional, por ejemplo el de Castilla-La Mancha, invierte innumerables recursos económicos en potenciar la singularidad cultural, social, histórica que pueda tener nuestra región.
Pongamos que arbitra un sistema educativo proselitista que ensalza todo lo propio, que sobredimensiona la importancia de la región en todo acontecimiento en tanto minusvalora o tergiversa las aportaciones de otras. O las elimina, pretendiendo que el conocimiento de la realidad regional eclipse cualquier otra aportación externa, como si Castilla-La Mancha fuera un ente aislado, independiente.
Pongamos que ese Gobierno Autonómico pone todo su empeño en crear, patrocinar o financiar a medios públicos y privados para que ahonden en todos esos aspectos proyectando la imagen regional que se desea y en la que combine la exaltación patriótica con el desdén de los territorios próximos.
Pongamos que cualquier éxito deportivo, cultural, empresarial, artístico, bien individual o colectivo, se acoja como un triunfo excepcional producto de las características e idiosincrasia de la forma de ser y las cualidades intrínsecas de nuestra gente en tanto que sometemos los éxitos de los demás a una valoración mucho más discrecional.
Pongamos que en un momento dado, cuando los logros económicos y políticos no responden a lo esperado, lejos de la autocrítica, comienzan a plantear que toda la responsabilidad corresponde a otros que actúan contra nuestros intereses por envidia, que además de detraer recursos que debieran ser nuestros, de "robarnos", pretenden boicotearnos aprovechándose de la bonhomía de nuestras gentes y nuestros representantes públicos.
Pongamos que tenga éxito la especia interesada de que los demás nos envidian y por tanto nos odian y no nos entienden, que nos rechazan a pesar de que son una rémora para nosotros.
Pongamos que publicitamos que el resto de españoles realizan boicot sobre nuestros productos incapaces de competir con ellos porque los nuestros son superiores.
Pongamos que el Gobierno de España nos ataca con políticas destinadas a ignorar nuestras señas de identidad, a ponernos palos en las ruedas y a torpedear todas las iniciativas, como enemigos de los intereses legítimos de nuestra tierra y nuestra ciudadanía, sirviéndose además de los altos tribunales para perseguirnos.
Pongamos que contamos que montan supuestas campañas de desprestigio e inventan operaciones policiales en las que atacan a Castilla-La Mancha y a quienes la representan de forma torticera e injustificada en ese complot político-policial tan recurrente.
Pongamos que publicitamos que el resto de españoles realizan boicot sobre nuestros productos incapaces de competir con ellos porque los nuestros son superiores.
Pongamos que el Gobierno de España nos ataca con políticas destinadas a ignorar nuestras señas de identidad, a ponernos palos en las ruedas y a torpedear todas las iniciativas, como enemigos de los intereses legítimos de nuestra tierra y nuestra ciudadanía, sirviéndose además de los altos tribunales para perseguirnos.
Pongamos que contamos que montan supuestas campañas de desprestigio e inventan operaciones policiales en las que atacan a Castilla-La Mancha y a quienes la representan de forma torticera e injustificada en ese complot político-policial tan recurrente.
Pongamos que se elige en qué momento histórico y a qué hecho histórico nos acogemos para lograr exacerbar los valores regionales y aglutinarlos en un espíritu nacional indiscutido.
Pongamos que se pone especial hincapié en marcar que solo los castellanos-manchegos han de ser quienes decidan si se van o se quedan porque la totalidad española ni nos representa ni puede decidir sobre nuestro futuro.
Seguramente tras varias décadas hayamos creado un corpus social independentista lleno de muchos ciudadanos castellano-manchegos que se sienten incomprendidos y aspiran a decidir su propio destino por sentirse asfixiados dentro de un marco territorial más amplio.
Quizá nos encontremos que en esas tres o cuatro décadas transcurridas se pueda formular la convocatoria de un referéndum de independencia, por aclamación ciudadana, cuya única salida es esa y nada más.
¡Pues eso!
Tampoco es tan difícil fabricar independentistas.
*
Hay que poner también ataques desde el gobiernos central y el resto de ciudadanos del país.
ResponderEliminarTienes razón, lo añado.
EliminarY añade las políticas llevadas a cabo por la derecha de este país, desde Arnar en particular, que han hecho crecer exponencialmente los representantes independentistas en el palamento español y sobre todo en el catalán.
EliminarClaro es que las políticas del Psoe no han sido más que la mamandurria del nacionalismo con Montilla y el tripartito. Venga ya!!!!
EliminarNo te olvides de que Aznar "hablaba catalán " en la intimidad.
EliminarY tu mas y tu mas y tu mas y tu mas.... que son todos iguales.
EliminarYo votaré a aquel partido que propugne la devolución de las competencias de Eduación al Estado. Nadie lo propondrá, pero por ahí se empieza a desvertebrar España, en los 17 sistemas educativos que tenemos y la nula concia de País, de Patria, que se da en las escuelas, mucho menos en las que hay cierto componente nacionalista.
ResponderEliminarHablar de patria en el colegio es bastante franquista, no? Muchos vemos que lo que tu llamas nula conciencia de país es beneficioso. Un nacionalista es una persona muy manipulable, sólo tenemos que ver como en España las mayores cortinas de humo son Cataluña, Pais Vasco, inmigración en Ceuta y Melilla. Los nacionalismos son un árbol que correctamente agitado dan a los políticos muchos frutos. Gente que se sientan orgullosas por sus logros, por sus estudios, por ayudar al prójimo, por dar trabajo, eso se necesita, gente que este orgullosa por un trozo de tierra que ni le pertenece pues lo veo más inútil.
EliminarPues yo me siento muy orgulloso de ser español de decirlo a los cuatro vientos, aunque no sea dueño nada más que del suelo de mi piso.
EliminarQue hay que quitarse ya la vergüenza de enseñar una bandera de España y de decir soy español. que ya está bien de complejos.
¿Ves? Ya estamos confundiendo las churras con las merinas. llevas bandera de España, Fascista. La pones en el balcón, Fascista. Hablas de Patria, Fascista.
ResponderEliminarQue noooooooooo.
Que se puede ser muy español y ser de izquierdas, vamos, digo yo. Y el concepto Patria no tiene por que ser de derechas. Eso es lo que parece que nos quieren endilgar.
No hay conciencia de nación en este país porque los políticos han querido que no la haya. Solo hay que ver la Historia que estudian nuestros hijos.
Pues sí, más Patria, mas bandera, y más nación en las escuelas, desde el respeto a la democracia y todas las sensibilidades, pero teniendo muy claro lo que somos.
pues pongamos q yo soy español como el primero,y ni mucho menos estoi a favor de la independencia de ninguna comunidad,pero yo lo primero q defiendo es mi sangre,despues mi pueblo,mi comunidad autonoma y despues ESPAÑA,y ustedes q dicen?
ResponderEliminarQue defender tu pueblo es defender ESPAÑA
ResponderEliminarque truena,pues yo comi arroz con pollo,jajaja.pero tu q has leido
Eliminar