viernes, 13 de diciembre de 2013

OXIGENO EMPOBRECIDO EN LA DEMOCRACIA PATRIA (Página nº 2264)

¡Repartan oxígeno que nos ahogamos! ¿Hay algo peor que ver cómo deterioran la democracia aquellos que fueron elegidos para defenderla?

España padece, como cada vez que ha sucedido, las terribles consecuencias de una mayoría absoluta. Pasó con Felipe, pasó con Aznar y pasa ahora con Rajoy. Todos ellos utilizaron las mayorías absolutas de manera tan lamentable que sobre todo castigaron la pluralidad, el diálogo, el debate, la colaboración, y se dejaron arrastrar por lo peor de ese poder supremo de no depender de nadie. Y no lo es porque una mayoría absoluta esté obligada a ser abusiva sino porque cae en manos de unos políticos que logran pervertir el sentido de esa mayoría adquirida.

De todas ellas la que lleva camino de dilapidar más derechos y descapitalizarnos de valores democráticos es ésta, legislando a base de leyes sin respaldo de otras fuerzas, alentando retrocesos y aprovechando esa capacidad contra los ciudadanos hasta llevarnos camino de que nos falte el aire democrático teniendo que tirar de una botella auxiliar de oxígeno. Porque están gobernando para el no, para la prohibición, para la limitación de derechos, mucho más cerca de un tardofranquismo vintage que para lograr una democracia de altura. Ese concepto del Estado tutorizador que limita, constriñe, persigue, porque piensa que los ciudadanos somos poco menos que minusválidos sociales y trata de imponernos hasta su propia moral.

¿Pero qué moral? Si no son capaces de poner coto a sus privilegios y comenzar a legislar para favorecer la independencia judicial, la autonomía de los órganos reguladores y fiscalizadores, para limitar la presencia de los cargos a dedo, para establecer con claridad que ningún corrupto pueda estar en sus filas, para restringir ese agujero negro de las donaciones a partidos, y sin embargo pretender asaetearnos con leyes sin respaldo que se traducen en restricciones para la sociedad, en pérdida de servicios, derechos, calidad de vida, y hasta pretenden inmiscuirse en el ámbito privado.

Son demasiados tics, el último el del propio Rajoy que ahora elegirá a los periodistas que puedan preguntarle en rueda de prensa para poder llevar las respuestas escritas, ¡qué vergüenza la suya y la de los periodistas que se prestan al esperpento! y evitar cuestiones incómodas que puedan plantearles.

Puede que algunos se conformen pero vivimos en un país donde la corrupción aumenta, donde la represión aumenta, donde los silencios aumentan, donde el oscurantismo aumenta, y donde el oxígeno democrático, como en cualquier gran cumbre del Himalaya, comienza a estar de lo más empobrecido.


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