Ante este comentario quiero explicar un poco la cuestión:
Se está dando la circunstancia en casi todos los colegios de que no hay libros gratis para todos porque o hay más niños que libros, o los que están viejos e impracticables no se reponen.
Entonces ¿cuál es el criterio que se sigue para darle los libros gratis a unos y no a otros, que los tienen que comprar? Al menos en tu colegio o lo que sepas.
¿Se sigue un criterio académico? ¿Criterio económico? ¿ambos?
Gracias por tu respuesta."
Lo primero de todo es decir que en mi colegio hemos conseguido que ningún alumno de 3º a 6º de Ed. Primaria se quedase sin lote de libros y tuviera que pagarlos. Pero que no se entienda esto como otra cosa que una actuación en función de las circunstancias específicas del propio colegio y paso a explicarlo:
A finales del curso pasado estuvimos viendo los lotes disponibles y la previsión de alumnado para el curso siguiente. Detectamos que un pequeño número de alumnos no dispondría de lotes y ante eso, y con el ofrecimiento de la Asociación de Padres y Madres del colegio de una cantidad económica para ese fin y la disponibilidad del propio colegio para abordar la compra de los escasos lotes que faltaban planteamos que se podía evitar que cinco o seis familias tuvieran que verse obligados a adquirir esos lotes. Si el número de alumnos hubiera sido superior a diez no hubiera podido realizarse, y por tanto el caso de mi centro no puede extrapolarse a otros centros con otras circunstancias.
Ahora bien, dado que la Junta no repone lotes deteriorados ni incremento de alumnado, trató de resolver la prórroga de la gratuidad sacando un sistema por el que los lotes disponibles en cada centro se distribuirían a través de una baremación entre las familias solicitantes. Para ello, a través de la plataforma de la Junta, las familias, vía internet, solicitaban disponer de esos lotes y aportaban una serie de documentos que incluían la declaración de la renta. Los colegios e institutos, por tanto, eran meros receptores de solicitudes y el baremo correspondía a la propia Consejería de Educación, con la idea de que si finalmente algunas familias no disponían de lotes fueran las de, en teoría, mayor capacidad económica. No hay, por tanto, criterio académico y sí económico.
En general la mayoría han recibido lotes gratuitos pero en función de las variaciones del nº de alumnos por nivel y las condiciones de los libros también algunas familias se habrán encontrado con que tienen que comprarlos, incluidos no sólo los de menor puntuación en el baremo sino también los que no hicieron la solicitud por voluntad, despiste o término del plazo.
Espero haber aclarado la cuestión.
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El año que viene empieza el curso previo a las elecciones autonómicas. Veremos que pasa, si se prorroga la gratuidad en estas condiciones, se invierte en libros nuevos por la administración o toca pagar todo a las familias.
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