Una persona sale elegida como componente de una lista electoral y yo, entiendo, que eso hace que adquiera un compromiso con sus votantes. Pero es evidente que no debe ser así cuando abandonan su escaño o ni toman posesión de él. Hace dos años, por ejemplo, en Castilla-La Mancha, un medio llamó a las Cortes Regionales "las Cortes de la Espantá" porque de los 49 representantes electos una decena renunció en vísperas de constituirse o durante el primer mes, y esto es consecuencia, claramente, del sistema de listas cerradas y de la política trampa de poner candidatos que multiplican su presencia en listas locales, provinciales, regionales, nacionales o europeas como reclamo. Me recuerda a esos partidos amistosos con grandes clubes en los que se publicitan las estrellas, para vender el máximo de entradas, pero terminan jugando los canteranos porque las figuras tienen, casi a la vez, oportunas lesiones. O como pasa en algunas corridas, que el mejor torero se cae del cartel un día antes.
Otros políticos aguantan un poco más pero, como ahora Carmen Chacón, abandona el acta de diputada y el escaño para ir a formarse, dado que le importa mucho más mandar en el partido que trabajar para quienes le votaron, pero sin dejar la política en la que ya reclama dorsal. Como sabe que el partido la colocará en sitio preferente para una nueva cita electoral y que la lista cerrada evitará que algunos votantes pudieran afearle su espantada.
Yo veo todo esto como un gran fraude al electorado. Ya sé que hay costumbre de ser timados por los partidos, por las listas cerradas y por las mandangas al uso, pero quizá algún día aprendan a rebelarse, a exigir que quienes nos representan lo hagan de verdad, den la cara, asuman responsabilidades, hagan prevalecer los intereses de los votantes a los de sus partidos y cumplan con sus obligaciones aquí, no en Miami ni en otros sitios.
Puedo entender que uno dimita, que abandone la política, y que eso implique dejar el cargo, pero esto de presentarse a las autonómicas canarias, al poco y abandonando el parlamento insular ir en las listas de las Elecciones Generales y, otra vez al poco, dejar el escaño parlamentario para encabezar las europeas, como hizo Juan Francisco López Aguilar, me parece un cachondeo, una burla a la gente que ocurre cada dos por tres en los partidos. Como ese me voy a dar clases a Miami pero vuelvo.
Listas abiertas, candidatos que se deban a su circunscripción y no a los partidos, gente seria y responsable. ¡Menos política basura, pardiez!
¡Pos vaya con dios!
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