Hoy visitaba Daimiel el delegado del Gobierno en la región, uno más de estos cargos que uno no termina de saber su utilidad real y efectiva, y que tiene como principal misión, según se visualiza, la de visitar cuanta ciudad y pueblo pueda durante la duración de su cargo repartiendo piropos a las autoridades y la población, si son afines, y a la población solamente, si no son de su color. Para la ocasión, claro, se les prepara una visita panorámica que dé bien en las fotos y, por supuesto, se le hace acompañar de una cohorte de acompañantes a ser posible bien numerosa, como si todo se detuviera y fuera la visita lo único importante.
La escena se vivía hoy en Daimiel. La escena se ha vivido decenas de veces en Daimiel en el último siglo. Siempre es igual, piropos, adulación, bulto y "book" de fotos. Cambian las personas, los nombres, los regímenes políticos, los partidos que gobiernen, los halagos, pero al final es la sempiterna forma de hacer política. No saben otra. ¿Reuniones de trabajo para abordar los problemas?, ¿trabajos de campo para entender las necesidades de esa localidad? No, no, firmas en el libro de honor, rueda de prensa, visita protocolaria, jijijaja, y medios mansos. Venga, chicos, que esta tarde toca otro lugar, vámonos con el séquito para allá.
Esta es la política de photocall, la que en España se viene ejerciendo desde que tengo memoria y muchísimo antes. Apariencia, apariencia, apariencia, "bienvenidos misters marshalls" que como vienen se van.
¿Habrá olido el señor delegado el "olor a Daimiel"?, ¿lo habrá hecho notar? Seguro que no, aunque seguro que el aroma le ha llegado incluso bajo esta lluvia purificadora.
No, ha hablado de Las Tablas de Daimiel, de la Motilla del Azuer, de la oferta gastronómica (que esto es el comodín que encaja en cualquier lugar de la región de la Mancha) y para remate ha soltado la frase estrella: “una gran ciudad de futuro en Castilla-La Mancha, con grandes fortalezas entre las que se encuentra el sector agropecuario y el turístico”. ¡Qué bonito, pero otra frase comodín que vale para otras cuantas visitas!
No tengo nada contra el delegado del Gobierno. Tomo esta visita, y su seguimiento en daimiel.es, simplemente para decir que es la misma noticia cada vez que un delegado del Gobierno, o de la Junta, o los antiguos gobernadores, o cualquier autoridad relevante que ha visitado nuestra localidad desde hace cien años, una visita como casi todas aquellas irrelevante a efectos prácticos, inane, para la galería. ¿Cuánto se sustanciará de esta visita? Pi menos erre.
A eso voy, visita para la galería, como ha sido siempre. Con senadores, diputados, alcaldes, concejales haciéndole la ola. Haciendo política siempre, siempre, de la misma manera.
****
Es la eterna y vieja historia de Don Obtuso y Don Abyecto... https://www.youtube.com/watch?v=27nEruKXz_M
ResponderEliminarParece ser que te molesta, pero te moleste o no, no van a tener en cuenta tu opinión, pera ellos es como si no existieras.
ResponderEliminarSi, hacen "como si no existieras" a todos los daimieleños.
EliminarPues para no existir no paráis de leerlo,poneros a trabajar y quitar el olor
ResponderEliminarno te confundas y no me asignes politicamente ya que ni voto ni pienso votar a no ser que haya que hacerlo obligatoriamente.
ResponderEliminarY por supuesto que lo leeré las veces que me de la gana porque no vas a ser tu quien me lo impida, pero es claro que el pensamiento del que escribe el blog ni le va ni le viene a los que alude.
JAJAJA
EliminarCuando alguien dice "no voto" no puedo dejar de imaginarme a Homer Simpson.
A cuento de esto, un chiste que el resto de los europeos cuentan sobre los españoles:
"- ¿Que hace un español si le robas su dinero, le quitas su casa y lo pones a trabajar como un esclavo?
- No sé.
- Se niega a votar... ¡O vuelve a votarte!"
JAJAJA