lunes, 23 de noviembre de 2015

ALREDEDOR DE UNA MESA (Página nº 3354)



Hoy podía ser un día cualquiera. No se necesitaba un motivo, ninguna excusa, aunque pudiera recurrirse a esa fecha vinculada al maestro del próximo viernes. Más que un motivo lo que había era una intención de juntarnos alrededor de una mesa, de compartir los platos que cada cual pudiera aportar y estar juntos. Trascender el mero trabajo, dedicarnos ese tiempo y alegrarnos de estar allí compartiendo mantel de papel, cubiertos de plástico y vajilla de usar y tirar mientras la complicidad, las risas, las bromas, se iban adueñando de ese espacio. Porque sí, no se iba a hablar de trabajo, no se trataba de descargar en los demás las incidencias de la jornada, sino de estar con gente importante, con la que compartes horas, años, y han ido introduciéndose en tu día a día tomando peso y valor, creando vínculos de afecto, de amistad muchas veces, que nos ligarán de por vida junto a los momentos vividos.

Lo de menos era comer,aunque hayamos quedado satisfechos del arte culinario de nuestros compañeros cocinillas. Lo importante, más allá de ese gesto que es compartir lo hecho por cada cual a quienes te importan, que ya es una maravillosa ofrenda, es que queríamos estar allí, junto a ellos, cómodos, felices, disfrutando su compañía.

Porque alrededor de la mesa fluye la empatía, se refuerzan los lazos, se recrean en las conversaciones con una melodía de gestos, sonrisas, diálogos. Y no se crea nadie que éstas son conversaciones ilustradas, de alto nivel, porque no es el momento. Basta dejarse llevar, valorar a quienes tenemos a nuestro lado y sentirse privilegiado de estar allí.

Confieso que es lo que más me gusta. Estar con la gente que más quieres, a quienes más valoras. Alrededor de la mesa con la familias, con los amigos, con los compañeros, tomando cualquier cosa, en ese corro más o menos amplio que nos enlaza, que crea una conexión que siempre deja un buen recuerdo, una memoria cálida y lúcida y con ganas de más. Alrededor de una mesa es esa manera tan sencilla de sentirnos cercanos, cómplices, de entrañar nuestras relaciones para hacerlas más valiosas.

No crean, en esta relación bloguero-lectores a veces echo en falta estar alrededor de una mesa, intercambiar opiniones, dejarnos conocer. Indudablemente notaríamos que nos unen muchas más cosas que nos separan, sería la forma más natural de acercarnos. Quizá nunca llegue, sí con algunos pocos lectores ya ha pasado, pero de las mejores cosas que me han pasado bastantes han ido sucediendo alrededor de una mesa donde casi siempre estaban quienes tenían que estar, a quienes deseabas allí y te podían hacer mejor.

Como hoy, verbigracia.

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3 comentarios:

  1. Enhorabuena, ya me hubiera gustado firmarlo a mi, sigue así. Solo se nota la falta de los amigos ausentes. Gracias.

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  2. Anda que dejasteis algo para l@s que fuimos por la tarde.
    Aunque sospechamos que algo pasó por algunos restos visibles.
    Pues nada, que sean muchos más los días al rededor de esa mesa.

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