domingo, 22 de noviembre de 2015

NO SOY ANTIMADRIDISTA PERO AYER ME ALEGRÉ (Página nº 3352)

No soy antimadridista como no soy antibarcelonista, aunque hay en elementos en ambos que me molestan como es ese Napoleón narcisista de presidente en el primero y esa politización perversa en el segundo. Soy atletico y también consciente de lo que me molesta de mi club, y puestos he disfrutando viendo fútbol casi siempre con otros equipos que con el de mis colores.

Dicho esto, repito, no soy antimadridista pero ayer me alegré de su derrota por varios motivos:

El primero porque es la consecuencia de tener un nefasto presidente desde el concepto deportivo. Lo principal suele ser conocer las capacidades de cada uno y Florentino de fútbol entiende bien poco como para encargarse de la gestión deportiva. Ficha mal entrenadores, ficha mal jugadores, y desde que está al frente del club el Madrid no ha tenido concepto de formar un equipo, un conjunto. A veces es tanta la calidad de los jugadores que se logran títulos pero nunca se observa una idea de grupo, de solidaridad en el esfuerzo, de equilibrio entre líneas, de criterio futbolístico, de bloque, y la consecuencia es que aumenta progresivamente el palmares de su principal rival, un grupo mucho más compensado y equilibrado. Cuando ayer se escuchaba pedir la dimisión de Florentino era como sentir esa demanda de justicia poética contra el mayor responsable del pifostio que solucionará la cuestión cambiando cromos para salvar su culo y exhibirá lo que le queda, la gestión económica siempre ayudada desde las instituciones. Porque, no nos engañemos, la mitad de los años de presidencia de Florentino se han saldado en blanco o con títulos muy menores.

Culpan a Benítez, esa elección presidencial en la que ni creía. Benítez venía precedido por su fama de meticuloso, su vocación táctica, su rigidez en el sistema y por imponer el conjunto a las individualidades. También por sus difíciles relaciones con sus estrellas. Bien, pues solo esto último ha confirmado en el Madrid y él, que no se casaba con nadie y confesaba que no dudaría en sentar a cualquiera, ha hecho renuncia de sus principios desde el primer segundo, se pliega a los intocables y la única idea de conjunto que ha conseguido es el de poner a la mayoría contra él. No era entrenador para el Madrid, se veía a la legua y hasta lo decían mis amigos madridistas, pero podía haber optado por imponer su personalidad y ha hecho lo contrario. Los entrenadores son culpables per se, lo llevan en el cargo y siempre serán los primeros damnificados. Benitez tiene parte de la culpa pero presidente y jugadores lo elegirán por conveniencia para el sacrificio ritual.

Pero están los jugadores, los protagonistas, y me temo que de nuevo salvarán el culo los mismos y terminarán recayendo culpas sobre el resto. He observado que cada vez más frecuentemente Cristiano dice eso de que se siente el mejor jugador del mundo, síntoma de que se lo tiene que repetir ahora que es tan cuestionado. Cristiano Ronaldo en el Madrid ha sido un jugador mimado, individualista, egoísta, poco sacrificado. Su capacidad ofensiva, sus goles, nadie los va a cuestionar, aunque esa libertad para tirar todo lo que pilla con porcentajes horrendos está estudiado estadísticamente, pero un jugador que se tiene por el número uno se borra en la mayor parte de los partidos importantes y ya se le ve el cartón. Los desplantes, los amagos sobre su no continuidad, su chulería, ya empiezan a no tener filtro en el Bernabeu y ayer le cayeron silbidos con sus bicicletas de fogueo. Y se ha ganado ser sustituido y hasta probar banquillo pero el acojone lo impide.

No diré ya de otros sobrevalorados como Bale o Sergio Ramos, o los que sucumben al propio sistema dejando la impresión de que serían mucho mejores jugadores de lo que se les ve en el Madrid.

No soy antimadridista pero ayer me alegré porque vi síntomas en el público de conocer los males del club, que son los que yo venía apreciando: florentinismos, poca personalidad de los entrenadores (o excesiva pero mal entendida en el caso de Mou) y jugadores que sobran ya como el portugués porque ahora comienza a restar muchísimo más que a sumar.

Si el Real Madrid hubiera construido un equipo, un conjunto, su palmares en los años de Florentino hubiera sido mucho mayor. Eso sí, a vender camisetas no les gana nadie.


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