Lo que está haciendo el Gobierno de Rajoy ahora que apura una mayoría absoluta que no revalidará, probablemente, y que como todas las de nuestra democracia han resultado servir para el exceso y el abuso, es una auténtica vergüenza. Lo siento, lo creo así, porque vamos viendo hacer todo en una clave electoralista insultante, no demasiado lejos de lo que hicieron Felipe y Aznar con sus mayorías "absolutistas" pero no por ello menos denunciable porque demuestra el uso e intereses que conducen a los políticos en sus decisiones.
Ahora toca una reforma express, de nuevo carente de cualquier consenso, ad hoc e ilustrativa de que nuestros políticos se mueven a golpe de ocurrencia y con un concepto escriturador de la democracia de la que siempre unos y otros trataron de apropiarse y hasta lo consiguieron en muchos momentos.
Siempre recuerdo el "¡ahora no toca!" de Teresa Fernández de la Vega y las mil maneras de decir eso mismo de numerosos ministros socialistas y populares ante demandas sociales. Pero parece que siempre SÍ toca cuando se trata de amoldar las reformas, propuestas de ley, etc... a sus propios intereses partidistas.
Si ya fue vergonzoso el amago de reforma de la Ley Electoral para tratar de proteger alcaldías y presidencias autonómicas casi en vísperas de las Elecciones Municipales de 2015 ahora, como si les hubiesen metido un cohete en el culo corren a legislar con esa reforma que no tiene más intención que Cataluña y que terminará hasta por aumentar el número de votos de los otros grandes oportunistas de la política puesta al servicio de sus intereses partidistas que son Mas y Junqueras.
Por muchas razones considero esta legislatura, desde el punto de vista de la calidad democrática, como nefasta. Lo he dicho durante estos cuatro años, pero viendo que la deriva sigue a más, permíteme...que insista.
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Y la nueva Ley de Montes permite recalificar áreas quemadas. No se que vamos a hacer, es desesperante.
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