Willi, en su blog http://willial.blogspot.com.es/, detalla con fotografías y datos la evolución de Zuacorta con tal precisión que, como ya dije allá por septiembre, hizo que yo dejara de ocuparme de poner en este blog las comparativas fotográficas que semana a semana iba publicando, y eso a pesar de que tenía lectores que seguían casi específicamente esas entradas.
El otro día pasé por allí de nuevo y, aunque Willi parece ser más optimista y confía en que los dos encharcamientos principales queden en mínimos charcos, a mí me da la sensación de que llegará a desaparecer todo rastro de agua para septiembre, algo que no sucede desde 2012.
No es que esperase un verano húmedo, que eso por aquí no se da, pero tampoco este estío tan poderoso de calor y evaporación que suma descensos de más de 3 centímetros diarios en esa zona, llevando ya un acumulado de 113 centímetros desde el 7 de junio, según los registros de Willi. Y aunque estos años de lluvia han configurado otro paisaje en Zuacorta, al menos en las zonas inundables, tengo el temor de que los años venideros sigan esa tendencia a ser secos y eche por la borda la ansiada recuperación de estos espacios que perviven en la memoria como los vergeles que fueron y que pueden contemplarse en algunas fotos del grupo de facebook "Daimiel en el Recuerdo".
Al menos río arriba el Guadiana sigue manifestando su fortaleza y aportando agua a Las Tablas, algo que en las actuales circunstancias de calor y ausencia total de precipitaciones, está manteniendo el Parque Nacional con unos niveles excelentes e impensables hace unos años, lo que hace valorar la importancia de esas precipitaciones generosas y la pelea por preservar el acuífero como auténtico salvavidas de la zona.
Para ilustrar dejo estas dos fotos de Willi, que suele permitirme usarlas, tomadas el 18 y el 26 de julio pasados y que corresponden al encharcamiento a la derecha del camino de acceso. Como puede verse por los testigos de las piedras el descenso es acusado:
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Yo creo que sí aguantará. No sabemos tampoco cómo ha evolucionado el fondo de los encharcamientos, pero todo el terreno podría haberse hundido más de un metro bajo el peso del agua, y podría quedar bastante aún por debajo. Si por fin finaliza esta histórica ola de calor (posiblemente la más extrema y prolongada de la historia reciente o con registros), la evaporación en Agosto no será tan intensa. No creo que llegue a bajar otro metro (y si baja, será porque vuelva la dorsal africana y ya nos termine de consumir). Esperemos que la naturaleza tienda a equilibrar este verano con un otoño generoso en lluvias. La materia prima, en forma del Mediterráneo recalentado, está ahí. Sólo hace falta un empujoncito para que todo ese calor se libere en forma de lluvia, ya sea aquí o sobre el campo de Montiel.
ResponderEliminarÓjala estés en lo cierto y no se sequen.
EliminarA ver si los dioses nos bendicen con un otoño con lluvias
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