miércoles, 3 de junio de 2015

YA LO DECÍA YO (Página nº 3165)

No seré muy listo pero, eso sí, suelo tirar de sentido común y aunque cometiendo errores hay conclusiones a las que son fáciles de llegar.

Cuento esto porque ahora que se ha conocido el caso del menor con difteria salta la polémica sobre la negativa, en su momento, de los padres a vacunar al niño en ese ejercicio de estupidez tutora sobrevenida al calor de la moda, el esnobismo y un concepto de lo natural bastante discutible. Eso sí, raudos, papá y mamá han corrido a vacunarse, que con las cosas "del comer" no se juega según acaban de aprender.

Leía no hace mucho que las vacunas, éstas que están en los calendarios internacionales de vacunación casi de modo general en los países civilizados, no son una opción de los padres sino un derecho de los niños y más cuando su eficacia demostrada ha conseguido casi erradicar esas concretas enfermedades donde se lleva a cabo la vacunación sistemática.

Pero el caso es que al abordar la cuestión recordé que hace apenas mes y medio, el 22 de marzo abordaba el tema en este blog con la entrada "La estupidez viral", jugando con virus y con la viralidad con la que se extienden ciertas modas e ideas, y al releerlo pues he considerado que ya estaba ahí todo lo que tenía que decir del tema:

"La velocidad con la que se propagan las ideas a través de internet hace que muchas de ellas se conviertan en virales sin los mínimos filtros del sentido común. Es su virtud y su defecto. Algunas, la mayoría, son inocuas y por tanto hay que tomarlas como meras anécdotas o modas pasajeras. Otras, sin embargo, terminan siendo peligrosas porque la gente se suma irreflexivamente a la tontuna y sus efectos pueden ser catastróficos.

Me pasa ahora con esa estupidez procedente del país con más tontos por metro cuadrado del mundo en donde prospera todo este tipo de cretinismo acientífico: EEUU.  Y la cuestión me parece de tanto calado que me temo que de haber tenido otro origen carecería de preocupación pero viniendo de allí uno puede temer que se extienda como una plaga, incluida esta España satélite tan propensa al contagio necio.

Me refiero a esa corriente que promueve el rechazo a las vacunaciones preventivas, a los calendarios de vacunas, a pesar de haberse demostrado su eficiencia, su eficacia, y que el número de contraindicaciones y efectos no deseados es absolutamente residual. Pero ahí lo tienen, la estupidez viral crece como la espuma, dice fomentar la objeción pero solo consigue recuperar presencia de enfermedades que ya parecían eliminadas.

Yo he estudiado con compañeros afectados por la polio,  viví los efectos del sarampión en mí y en muchos de mis amigos, y he podido comprobar como la puesta en marcha de las campañas estatales de vacunación prácticamente han erradicado estas enfermedades y otras, pero escucho ahora sonar las alarmas de repuntes debido, precisamente, a que ha tomado fuerza esta irracional iniciativa de los colectivos anti-vacunación.

Mantengo que la estupidez es la peor de las enfermedades porque favorece el caldo de cultivo para que prosperen, proliferen, todo este tipo de movimientos cretinos pero sobre todo que ponen en peligro muchas de las cosas logradas hasta el momento. Y lo malo es que la única vacuna eficaz es la educación y la formación y corren malos tiempos para ellas."


Ni soy un visionario ni nada por el estilo, solo se veía venir y ha tardado poco. Espero que el niño salga adelante, sin ningún tipo de secuela, y hasta que su caso logre concienciar a estos esnobistas modernetes para que antepongan la salud y seguridad de su prole a esas memeces de nuevo cuño para cuyo virus no hay vacuna inmediata. Bastaba con informarse, aplicar el sentido común y obrar en consecuencia, que lo mismo es pedirle mucho a cierta gente.



Enlace (que contiene el mismo texto pero añade un vídeo muy ilustrativo):


***

5 comentarios:

  1. Hay padres que por dárselas de saber más, hacen estas estupideces. Científicamente no hay ningún argumento en contra de vacunarse.

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  2. Es que ahora somos mu listos.

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  3. ¡Al niño no lo vacuno,
    que no es chic ni guay ni mola
    ni lo he leído en el Hola!
    ¡No me sale del yeyuno!

    Que no lo veo oportuno,
    que hacerlo es que me arrebola
    y mis principios viola,
    ¡y vacunarse es viejuno!

    ¿Mis amigas que dirían?
    ¡les da un ataque de histeria
    y no me perdonarían!

    ¡Me dirían con rapidez
    que prefieran la difteria
    antes que la ordinariez!

    ***

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  4. Esto de ser moderno en cuestion de la salud lo veo de ignorantes.
    Las vacunas es como la moda de dar a luz en casa como antes.
    El riesgo puede ser nulo pero como se complique la cosa lo llevan claro.
    En fin nos creemos tan modernos que a veces de modernos a tontos va un paso.

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  5. El problema no es solo el de las moda de no vacunar, está también el problema de los 17 calendarios de vacunación diferentes y que se excluya por ejemplo la varicela, no entiendo que algo tan importante no esté unificado y centralizado a nivel estatal. Fdo. En los cuernos de la luna

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