ANÓNIMOS (Página nº 3126)

Contesto a la cuestión planteada en un comentario de hace un par de días:

"Anónimo12 de mayo de 2015, 22:44:00 CEST

Totem tu que opinas de que la gente escriba en tu blog de forma anónima."

Creo en el anonimato pero vinculado a un uso noble, y esa quizá es la forma menos habitual, desgraciadamente, de utilizarlo.

En el caso de este blog debo decir que yo elegí, de inicio, mantener un anonimato formalista, como había hecho en Diario Improbable, pero no para esconderme. De hecho en aquel blog y en éste he desvelado tantos datos personales y he puesto diversas fotos propias que quien no me identifique es posible que sea porque le es indiferente o porque no ha puesto empeño en saber mi identidad.

Y digo formalista porque la idea inicial es que quedase la opinión sin que quien la daba, en este caso yo, pudiera mediatizar lo dicho en base a simpatías o antipatías o, simplemente, prejuicios habituales. Es decir, que el valor lo tuviera lo dicho y no quien lo dijera. Lo que ocurre es que, de todos modos, aunque no se sepa quien eres cada cual etiqueta rápidamente y el acercamiento al texto nunca será objetivo.

Dicho esto me parece que el anonimato es una vía de opinión perfectamente válida por esa misma razón. Debe contar lo que se dice y la opinión ha de tener valor por sí misma. Y si se hace un uso honesto para mí es tan valiosa como la que va firmada.

¿Qué ocurre? Pues que esperar honestidad o nobleza es un acto de ingenuidad en muchos casos porque el anonimato permite decir cosas que no se dirían de otra manera y el miedo a traspasar los límites desaparece. Por eso es tan habitual encontrarse en batallas donde no importa la razón y sí la descalificación, donde es fácil dejar acusaciones veladas o denuncias que requerirían de demostración, donde el troleo se impone al debate y donde todo degenera lamentablemente.

Hace unos días alguien puso un comentario despectivo sobre que este "foro" estaba moderado. Diario Improbable nunca lo estuvo y Daimiel Diario tuvo que empezar a moderarse hace dos años debido al mal uso que se hacía de esa libertad de opinión. La moderación no es un mal, es un remedio, y luego se podrá valorar si esa moderación es la adecuada o no, si el filtro es excesivo o demasiado laxo.

Siempre he considerado que el blog tiene dos aspectos irrenunciables, la opinión propia y las aportaciones de quien pasa a leerlo, y si solo dejo opinar a registrados una de las dos partes prácticamente se reduce a residual. Por tanto yo prefiero que se llene de anónimos aunque me toque la tarea de valorar qué comentarios no pueden publicarse por vulnerar determinados aspectos que yo valoro. No sé si estaré acertado, como he dicho antes, en la valoración y algunos se me cuelen sin percatarme. Otros, pocos, se quedan ahí porque aunque bien argumentados en su mayor parte deslizan insultos, descalificaciones graves, acusaciones, que yo no puedo asumir como moderador. 

En cualquier caso van 22.520 comentarios publicados y 883 sin publicar en estos casi cuatro años, para quien quiera saber el dato, y mientras exista este blog los anónimos podrán seguir opinando desde esa opción mientras cumplan unas condiciones mínimas. Si no, pues hay foros sin moderación donde quizá puedan descargar sus fobias y bilis contra mí o contra quienes no piensan ni opinan como ellos, aunque tampoco me esperen por ellos.

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