Mañana se inaugura la exposición de pintura de Francisco Aldea Susmozas y tengo que confesar que llego a ella con muchas expectativas. Y eso que, debo confesar, que solo he visto una obra suya al natural, porque a pesar de llevar muchos años, casi toda la vida, pintando, no se prodiga casi nada ni es fácil, o por lo menos no lo ha sido para mí, acceder a ver sus cuadros. Por eso, ahora que finalmente ha decidido concedernos este privilegio, llevo algunos días ilusionado con poder acercarme a la Casa de la Cultura y sumergirme en su manera de observar los objetos, los espacios, y expresar los temas que trata.
Se preguntarán por qué esa expectación personal habiendo visto un único cuadro. Muy sencillo, porque aquella obra, la aportación de Paco Aldea a la exposición homenaje a D'Opazo, que recogía obras de algunos de sus mejores alumnos, me fascinó y descubrió, para mí, un pintor de calibre, un artista a seguir, con la certeza de trabajos de igual factura y valor.
Cierto es que, deprisa y corriendo, pude ver el otro día parte de los cuadros que formarán esta exposición en el catálogo realizado para la ocasión, y que este fugaz vistazo no hizo otra cosa que incrementar la expectación, pero sé que por mucho esmero que se ponga en las fotos y por mucha calidad que se preste a la confección de dicho catálogo nada tiene que ver apreciar un cuadro real, a unos centímetros, entregándose al disfrute de sus trazos, texturas, luces y matices, y estos cuadros están cargados de todo ello como para hacer imprescindible esa distancia corta, ese encuentro directo con temas que no son nuevos ni originales pero que tienen el verdadero valor de estar muy bien pintados y conseguir esa suerte de comunión entre el espectador y el lienzo.
Paco es un artista, pero de esos que parecen crear para sí mismo, para darse el goce personal de lograr reflejar lo que en inicio quería pintar, y quizá eso explique, precisamente, que no haya demasiadas oportunidades de contemplar su obra, al menos para los que no somos de su círculo de amigos más cercanos. Y me refiero en este campo plástico, claro, porque su labor profesional sí que traslada esa faceta artística a sus trabajos con mucha más frecuencia. Y eso, que no se prodigue, concede más valor a esta exposición que ahora trae a Daimiel y se inaugura mañana viernes, 20 de marzo, y que se extiende por las fechas estrellas para exponer en nuestra ciudad como son estos días alrededor de Semana Santa.
La cita, para mí ineludible, también es la oportunidad para muchos daimieleños y visitantes de descubrir, como en mi caso, o reencontrarse, para quienes ya sabían de su arte, con un artista de talento, con una muy buena exposición y con la oportunidad de disfrutar de arte con mayúsculas.
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Enhorabuena a mi amigo Paco. Siento estar fuera de Daimiel y no poder acompañarle en la inauguración como sí hice hace años en su última exposición.
ResponderEliminarNadie debe faltar a esta exposición, Paco es un gran artista y una gran persona.
ResponderEliminarYo tambien conozco tu pintura y me encanta, la verdad es que eres bueno en todo lo que te pones.( tienes mucho arte.)
ResponderEliminarTambien es verdad que has tenido buen profe de pintura