miércoles, 19 de noviembre de 2014

HACER POCO PARA RESOLVER... NADA (Página nº 2792)

Habrá optimistas que crean ahora que publicar los gastos totales de los viajes y desplazamientos de los parlamentarios cada tres meses resulta un gran paso respecto a lo que existía antes. El optimismo no es una enfermedad pero suele nublar la objetividad porque pasar de dar las cifras totales anuales a hacerlo de forma trimestral es un igual me da que me da lo mismo porque el uso de ese que se dé a ese dinero seguirá quedando supeditado al albur de la honestidad o la corrupción de senadores y diputados y por lo tanto, sin control real, no resuelve nada, ahonda en la desconfianza de los ciudadanos y en la opacidad más absoluta.

Esto es hacer muy poco para no resolver nada de nada, un movimiento táctico engañoso, de distracción, para aparentar que reaccionan pero de modo que sus señorías tengan barra libre en sus desplazamientos, lo mismo sean por razón de su cargo, por actividades de partido, por cuestiones personales o por lo que les salga de la brenca, que pagando Papá Estado, o en cristiano la gente de a pie que paga sus impuestos, los parlamentarios, y que les convierten en verdaderos tiramillas gratis total con solo presentar los billetes y gastos y decir que son por su tarea parlamentaria.

El problema es que el colectivo político está bajo lupa y aunque no todos son iguales el número de casos que los señalan, y hablo de los que saltan a la luz, es tan numeroso que se hace necesario exigir una forma de control más exhaustiva y fiscalizadora. A cambio nos ofrecen más de lo mismo, que no desconfiemos y oscuridad, mucha tiniebla, y luego vienen a extrañarse de la desafección ciudadana y el rechazo de una sociedad que se viene sintiendo repetidamente burlada.

Pongo un ejemplo:

Un funcionario como yo debo dejar señalado con anterioridad, cuando voy con un grupo de excursión, el sitio al que voy, el horario de la actividad y estimar una dieta proporcional a la amplitud de horario que debe ser autorizado por el director y después he de justificar con entradas, tickets o factura todo ello. Y me parece perfecto.

Un senador, por ejemplo, dirá que se va a Tenerife y le pedirán los billetes. Ya está, podrá decir que se va un fin de semana y que acudirá a un acto de 80 minutos en una sede de partido o en una reunión aunque no necesite acreditar ni su asistencia ni el resto del tiempo que puede dedicar a su ocio.

Pues bien, cuando se ha empezado a cuestionar el sistema el presidente del Congreso como varios portavoces de partidos casi se escandalizaban de esa petición de cuentas. ¿Por qué a los funcionarios se les fiscaliza, que lo veo perfecto, y a los legisladores, que proporcionalmente gastan muchísimo más, le pone de los nervios que se pida un control igual, hasta el punto de que al final consiguen que todo sea igual de poco transparente que hasta el momento?

Pero no sé de qué me extraño, la política actual es eso, hacer muy poco para resolver...nada. Y más si les toca a ellos.

*

2 comentarios:

  1. La vieja política del bipartido que se ha turnado en el poder por 35 años es así: no hacer nada, aparentar, dedicarse en cuerpo y alma a ampliar sus prebendas; así han conseguido un estatus de ciudadanos de postín, relegandonos al resto a simples parias pagafantas. Abramos puertas y ventanas y mandemoslos al paro y al escarnio de una vez aporte todas; es ahora o nunca. Si no conseguimos pararles se blindarán y enrocarán en el poder para siempre.

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    1. A limpiar alfombras, abrir ventanas y echar a los estómagos agradecidos del PP.

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