martes, 1 de octubre de 2013

NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO (Página nº 2136)

Cospedal, como en Murcia Varcárcel, se han comprometido a que en cinco años todos los centros educativos de sus comunidades tendrán enseñanza bilingüe. ¡Por cojones!. Pero nos estamos equivocando, como nos hemos equivocado tantas veces antes, y casi siempre por lo mismo, por querer imponer banderas electorales que quedan muy bien en su enunciado pero que chocan con la terca realidad y es que las cosas no pueden imponerse desde arriba, por gentes que desconocen la realidad educativa y quieren acortar pasos para ser los primeros que lo consiguen.

Y puede que dentro de cuatro o cinco años todos los centros educativos de Castilla-La Mancha sean, en el papel, bilingües, pero me temo que solo ahí, porque las decisiones tienen poco acompañamiento presupuestario, recurren al voluntarismo nuevamente y no acometen medidas aún más necesarias que esas para lograr que los chavales sean, realmente, bilingües, que no es otra cosa que tener la capacidad de desenvolverse, indistintamente y con similar soltura, en castellano e inglés.

Escribí hace tiempo aquí, y luego lo he podido escuchar de personas vinculadas a la enseñanza de la lengua inglesa, que la mejor forma de aprender un idioma pasa por enfrentarte a él, por resolver situaciones en las que se haga necesario aprenderlo, y por tanto nada mejor que la inmersión. En ese punto el centro bilingüe toma sentido cuando el punto de partida es que quienes realizan esa labor docente dominen expresamente el inglés y esa no es la situación, ni de lejos, en nuestra comunidad autónoma tiene y que no va a cambiar demasiado porque los propios docentes no se encuentran en la situación real de enfrentarse también a ese idioma. Por eso es necesario paciencia, formación, inversión e inmersión real, porque las cosas tienen su ritmo, que no lo puede marcar el político de turno; requiere de una formación que no arreglan capacitaciones ad-hoc; empeña recursos suficientes que ahora no se dan y no trabaja en inmersiones reales como podría ser la eliminación de doblajes en televisiones y cines para que, como sucede en la mayor parte de los países, todos tengamos que hacer el verdadero esfuerzo de enfrentarnos a una lengua que, de otra manera, nos suena alejada y evitable. Muchos docentes en activo sufrieron una deficiente formación en idiomas, una buena parte estudiaron francés durante su vida formativa, y eso, inevitablemente, ha de ser tomado en cuenta en vez de asumir una ceguera interesada.

Hoy es casi imprescindible manejar, con soltura, ambas lenguas. Pero nos equivocamos si se piensa que basta fomentar el bilingüismo imponiendo una obligación que se sustenta en unos cimientos débiles, solo por prisas en querer ser pioneros y colgarse la medalla. Es demostrable que muchos centros ordinarios, en la Evaluación de Diagnóstico que se realiza en 4º de Ed. Primaria y 2º de E.S.O. dan mejores resultados en las competencias lingüisticas de inglés que centros con sección bilingüe, porque no basta la etiqueta, es algo más, y si los docentes no van a dominar su asignatura adecuadamente para impartirla en inglés, como lo harían en castellano, el riesgo de fracaso y abandono aumentará y la sensación de enésimo fracaso reinará en el ambiente educativo provocando más daño que el que se buscaba solucionar.

Las prisas nunca fueron buenas. Las prisas políticas, con sus plazos impuestos y su espalda a la realidad, aún resultan peores. Y estamos en el camino de equivocarnos reiteradamente.

Goodbye! Digo... ¡adios!

2 comentarios:

  1. Vuelvo otra vez a repetir que se debería desvincular la politica de la educación.
    Esto es un desastre por los politicos que cada vez que les da la gana cambian la ley y todo lo que conlleva.
    Fue los partidos politicos de nuestra educación.
    Personas especializadas para estructurar la enseñanza.

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  2. Perdonar me comí dos letras.
    Fuera los partidos politicos de nuestra educación.

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