lunes, 5 de agosto de 2013

UNA COSA ES REGAR Y OTRA... (Página nº 2048)

Publicado hoy en Lanza, edición digital, y firmada por Belén Rodríguez:

Otros dos agricultores irán a juicio en la Audiencia Provincial por esquilmar el acuífero


La Fiscalía de Medio Ambiente de Ciudad Real tiene en el punto de mira a los malos regantes del alto Guadiana y lo demuestra con hechos. A primeros de octubre dos hermanos de Socuéllamos  V.L.S. y S.L.S se sentarán en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial acusados de un delito continuado  contra los recursos naturales y el medio ambiente por sacar agua en exceso para regar del acuífero 23, un delito por el que reclama para ambos cuatro años y seis meses de prisión.

El caso es exactamente igual al enjuiciado hace poco más de un año ante la Sección Primera del alto tribunal provincial, la misma que vera este nuevo, y que terminó con la absolución del regante infractor, arrendatario de una explotación en Herencia. 

Sólo que esta vez las cantidades por las que se acusa a estos  agricultores  de haber delinquido contra el medio ambiente es mayor. Se supone que ambos,  titulares de la sociedad Explotaciones E.B., extrajeron unos 400.000 metros cúbicos de agua de más de lo que tenían autorizado en el acuífero 23 (ahora Unidad Hidrogeológica 04.04)  en cuatro campañas de riego, las correspondientes a los años 2006, 2007, 2008 y 2009.

Como en el asunto de hace un año el ministerio fiscal introduce una calificación alternativa de delito de “distracción de aguas”, penado sólo con multa de seis meses, “para el caso de no apreciarse en el comportamiento de los acusados la concurrencia de una situación de grave incidencia en el equilibrio del sistema natural”.

En el escrito de calificación al que ha tenido acceso este periódico la fiscalía apoya su acusación en un informe pericial en el que se determina que la importancia relativa de esta detracción equivale a un descenso del nivel piezométrico del acuífero de entre dos y tres metros y medio por año durante esos años, lo que equivaldría a una pérdida de posibilidad de inundación de hectáreas del parque nacional de las Tablas de Daimiel en las siguientes extensiones: en 2006, de 10,09 a 10,99 hectáreas; en 2007, de 11,77 a 12,75 hectáreas; en 2008, de 14,12 a 15,22 hectáreas y en 2009 de 11,78 a 15,39 hectáreas, lo que ha supuesto “un menoscabo para las relaciones ecobiológicas del parque. Con lo que debe considerarse como afección muy grave sobre la dinámica del acuífero y ecosistemas asociados”.



Una cosa es regar y otro, a mi parecer, y si la información es cierta, lo que hacían estas personas, esquilmando un bien común muy por encima de lo razonable. Ahora queda que la Justicia dictamine y trate de cumplir con su fin, ser justa.

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4 comentarios:

  1. Soy agricultor y estoy de acuerdo en que se castigue a las personas o empresas, tanto agrícolas
    como industriales, que se excedan en las extracción de Hm3 autorizados.
    Debemos mantener un equilibrio por el bien de todos.

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  2. No queda otra que adaptarse a las nuevas situaciones que acontecen. Hoy en día, en un terreno semi-árido como es la Mancha y donde la extracción incontrolada lleva a la desaparición de sus humedales, no es de recibo seguir regando a manta, o con sistemas tan poco eficientes como la aspersión, y hacerlo al bochorno de las horas centrales del día. Vamos, que no saber lo que es un programador de riego, un goteo y seguir empecinándose en la misma dinámica de los últimos 50 años es de no tener muchas luces, debería haber en tal caso un carnet de manejo de riegos por puntos como el de conducir, para expulsar a los irresponsables.
    Hace ya un par de años que vengo viendo cultivos de maíz que se riegan por goteo; si bien no es la opción más adaptada al terreno por sus necesidades de agua, estoy seguro de que una correcta dosificación de los riegos permiten hacerlo crecer con un consumo razonable. Pero para eso hay que tener la mente abierta al cambio, al ahorro y a la eficiencia, cuestión ésta que una parte considerable de los profesionales del sector son reacios a adoptar, amparándose en el "esto se ha hecho así de toda la vida". También se fumaba en los hospitales, se conducía beodo y se ponía amianto en los tejados, pero no por ser tradiciones son entrañables ni han de mantenerse, como muchas barbaridades que se siguen perpetuando en nombre de la "tradición". Mi total apoyo a quienes han comprendido que de ellos y sus acciones depende el futuro de nuestra tierra y mi más sincero rechazo a quienes continúan en la ignorancia supina de creerse dueños de su "peazo" desde la misma superficie hasta el centro de la tierra.

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    1. Gran comentario que comparto plenamente.

      También les podía dar a los agricultores por ir cambiando el producto y dedicarse al pistacho por ejemplo que no requiere apenas agua y necesita mucho sol. En Europa importamos mucho pistacho y sale muy poco de España con lo cual seguro que tiene unos buenos beneficios.

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