El Estado tiene la obligación de perseguir el fraude, la economía sumergida y cualquier otra forma que socave la legislación vigente. Pero nunca parece demasiado eficaz entre otras cosas porque no suele poner todos los medios para hacerlo. Y ante eso, claro, desplazan el trabajo a los ciudadanos fomentando la delación y adornándolo con ese matiz de patriotismo responsable.
Sí, ahora, a partir de un cuestionario anónimo colgado en la web ministerial cualquier ciudadano podrá denunciar a otro porque considere que comete cualquier irregularidad laboral propia o en la contratación de otros. Pero la delación anónima, ya se sabe, también se presta a denuncias falsas, ajustes de cuentas entre personas o empresas, que parecen importar poco al ministerio de Empleo, pero perseguir el fraude potenciando un uso fraudulento como el que abre ese sistema llama cuando menos la atención.
A veces se desplaza esta responsabilidad a los ciudadanos cuando los verdaderos responsables se ven incapaces de hacer su tarea, bien por falta de medios o bien por falta de capacidad. Ni es la primera vez ni será la última en la que se pretende convertir a los propios ciudadanos en parte activa de las denuncias, pero en un sistema garantista la denuncia sin rastro alguno de quien la hace abre un camino peligroso que quizá no hayan tenido en cuenta y que merece ser reflexionado.
Yo no estoy en contra de que los ciudadanos puedan destapar este tipo de situaciones, de que nos corresponsabilicemos de ellas, pero temo que el procedimiento, sin garantías, dé demasiado espacio a ese otro tipo de uso fraudulento igual de dañino.
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Lo ideal es trolear o hackear ese sistema anónimo de delación aprovechando su principal vulnerabilidad (el anonimato). Así podréis denunciar los tejemanejes de Urdangarín y su (¿ex?)señora Cristina; las empresas que se han llevado crudos los fondos de reptiles andaluces, los incontables chanchullos inmobiliario-bancario-empresariales del consorte de nuestra ínclita presidenta mantillera Cospedal ó los falsos contratos realizados a Luis Bárcenas por su partido podrido, S.A, por poner algunos ejemplos representativos y ampliamente conocidos. Yo ya me he partido un poco el pecho enviando unas cuantas denuncias a placer contra intereses de quienes fomentan este dislate. Cuantas más denuncias lleguen, menos ganas les darán de seguir fomentando la caza de brujas anónima que han abierto. Saludos.
ResponderEliminar¡Qué buena idea!
EliminarPues mira la noticia:
Eliminarhttp://www.elboletin.com/index.php?noticia=81428