Cuando en Educación se abre la puerta a modelos de negocio, es decir, a la concesión administrativa de licencias, permisos y concesiones a empresas privadas, es evidente que estas pueden apostar por la excelencia o pueden hacerlo hacerlo por el mero negocio.
La excelencia, por supuesto, genera prestigio y con él puede aparecer el suculento negocio que persigue su gestión empresarial, pero estos centros saben cuál ha de ser su prioridad y tratan de armar un buen equipo docente, un nivel de exigencia y generar valor al paso por sus aulas. Y aunque ciertamente esto conlleva exclusivismo, elitismo, porque suele ir vinculado a importantes costes, al menos el dinero parece proceder de esa búsqueda de la excelencia prevalente.
Otros centros buscan, ante todo, el negocio. Y la excelencia no suele ser tal porque prefieren la impostura, la apariencia, el engorde de notas, y para ello no dudan en tratar de manipular la realidad para atraer al mayor número de alumnos que representan, por supuesto, más dinero a ingresar.
Y todo esto sucede en cualquiera de los niveles educativos pero tiene mayor trascendencia en niveles universitarios, porque el acceso a ellos puede tener un factor correctivo en pruebas como la PAU o, antes, la Selectividad, o incluso las nuevas pruebas externas, generales, que preve la nueva ley educativa, pueden servir a tal fin y determinar el verdadero valor académico de los centros. Pero ya en la Universidad, ¿qué control real hay?
Cuento todo esto por la denuncia aparecida en la prensa sobre la Universidad a Distancia de Madrid bajo el título de que en ella no hay suspensos y donde se cuentan situaciones que ponen los pelos de punta porque tienen la gravedad de otorgar el mismo valor a titulaciones entre universidades que no resisten la mínima comparación pero, además, hacen dudar de la capacitación de los titulados.
Y es que en esta Universidad, de titularidad privada, al parecer tanto pagas tanto vales, y eso pasa por una falta de condiciones y autonomía del profesorado para buscar la excelencia presionados por el interés pecuniario de los propietarios y aprovechando que los niveles de inspección en las universidades son, en la práctica, inexistentes.
¿Se imaginan un profesor que se encargue de 303 aulas y casi 2000 alumnos?, ¿o que revisiones exámenes pasen del 2'7 al 7? Pues lean la noticia, que no tienen desperdicio pues deja claro que los títulos se compran más que se obtienen, y esto sucede cuando se da opción de privatizar determinados servicios educativos sin establecer un control imprescindible para que los propietarios no condicionen la labor educativa al mero negocio.
Por cierto, yo he oído hablar de otras universidades privadas donde se da el engorde de notas importante a pesar de que en ellas cursan muchos de los alumnos que en su momento no pudieron o supieron superar las pruebas de acceso (PAU o Selectividad) y de las que se sospecha que el dinero lo es todo.
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¡El habitual "cacao" mental!
ResponderEliminarReflexiones:
El precio que pagas por una matrícula en la Universidad pública sumado a la cantidad que vía presupuestos recibe dicha Universidad no está muy lejos del coste de una matricula privada. Si a eso le sumamos la diferencia de calidad de los docentes, en la Universidad pública sólo cooptan por afinidades, políticas, familiares o personales, y que en la pública en muchos casos el profesor ni acude a clase, queda todo dicho.
La PAU es un fraude. Las preguntas de las pruebas deberían ser las mismas para toda España.
Si ya sé que en Geografía, cada autonosuya sólo habla de los ríos que pasan por su/s provincias, pero en otras materias, Matemáticas, las pruebas deben ser las mismas.
Los alumnos de 2º de Bachillerato se ejercitan haciendo pruebas de años anteriores., pues bien, distinguen perfectamente, por el nivel de exigencia, cuales pertenecen a determinadas autonosuyas cuyo nivel de conocimientos es menor. Ya sabes que en alguna de éstas últimas los profesores cobran un "plus" por "conseguir" un número mayor de aprobados.
Con lo de "cacao mental", te refieres a todo lo que sigue bajo el epígrafe "Reflexiones" ¿no? Gracias por la advertencia.
EliminarPrimera diferencia, un alumno paga en una universidad pública, a día de hoy, entre 1500-2000 euros de matrícula, en primera matriculación, en la privada puede llegar a ser de 6000 o más. Para una familia humilde creo que la diferencia es clara, a pesar de las subidas de este gobierno. Segundo, en la pública ¿son afines, familiares y demás?. Pues yo he estudiado en la universidad pública y hay profesores de todo, además que eso de que no van a clase es mentira, porque mis profesores muy pocas veces han faltado a clase. Además en la privada ¿que entran por oposición los profesores?. Porque hay si que entran los enchufados que si no profesores ni son nada. Solo tienes que ver en los colegios, no se si fue este año o el pasado, en las Pastoras, colegio concertado, estaba dando ingles en secundaria un profesor que tenía el B1 o el B2 en ingles, no me acuerdo ahora mismo. Vamos que no tenía ni filología inglesa ni nada, !ESO SI ES CALIDAD EDUCATIVA! (ironia)
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